viernes, 18 de diciembre de 2009

CARTA DEL OBISPO DE TÁNGER

Por favor, que baje el telón.



El espectáculo montado en torno al obispo electo de San Sebastián no es respetuoso con los espectadores que nos vemos obligados a sufrirlo. Sería bueno para todos, también para la estética, que bajase ya el telón.
Por si alguien no lo supiese: Un obispo no se elige a sí mismo, tampoco se propone a sí mismo, y no se prepara para un destino que no está en su mano escoger. Él será el más sorprendido cuando lo llamen a prestar ese servicio. Antes de esa llamada, otros habrán sido interrogados para que informen sobre él, su vida habrá sido escudriñada de cerca, se habrá entrado en su intimidad con la pretensión de hallar la verdad y sin concesiones a la misericordia. Otros habrán evaluado esos informes y habrán escogido, entre varios indagados, al que les haya parecido más adecuado a la misión que se le va a confiar. Otro aún lo nombrará. Y al final de ese camino, otro lo llamará para decirle que ha sido elegido y para pedirle su aceptación. En ese momento, al electo le piden la vida, le piden que rompa con su pasado, con su entorno, “con su patria y con su casa paterna”, con su trabajo de siempre, con su mundo conocido. Y el electo dirá un sí o un no, y lo que él diga, merece el respeto de todos.
Por si alguien no lo supiese: Un electo que dice sí, lo dice a un ministerio, a una tarea, a una entrega; lo dice a la Iglesia particular que va a servir; lo dice al Señor que lo ha llamado a servirla. Y eso merece agradecimiento.
Por si alguien no lo supiese: Los llamados a este servicio eclesial no son dioses, no son los mejores de la comunidad, no son los más cultos ni los más hábiles ni los más santos. Ni tienen porque serlo, ni suele el Señor llamar a los que lo son. Los llamados son sólo eso, llamados que han dicho sí, y que probablemente lo han dicho con temor y temblor por la responsabilidad que echaban encima de sus enfermas espaldas, y con serena confianza por la cercanía del que es su luz y su fuerza. Y esto lo respeto, lo agradezco y lo admiro.
En el espectáculo que padecemos, sobran ideologías y se han quedado sin papel la fe, la esperanza, el amor y el buen gusto.
Por favor, que baje el telón.

+ Fr. Santiago Agrelo
Arzobispo de Tánger

jueves, 3 de diciembre de 2009

INFORMACIONES RECOPILADAS SOBRE CONTROVERSIA DEL PAPA PIO XII Y EL NAZISMO

1. Card. Bertone destaca esfuerzo del Papa Pío XII para salvar judíos del holocausto
ROMA, 25 Ene. 07 / 10:26 am (ACI)

Durante la presentación de un libro sobre los héroes anónimos que lucharon contra el Holocausto judío durante la II Guerra Mundial, el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado del Vaticano, recordó el papel ejemplar del Papa Pío XII en la lucha contra el extermino de judíos por parte del régimen nazi.

“La historia de la Iglesia Católica del Siglo XX cayó en una tragedia sin precedentes con el exterminio de los hebreos, que cuestionó a toda Europa con sus valores humanos y religiosos”; dijo el Cardenal Bertone el miércoles en Roma, durante la presentación del libro de Martin Gilbert, “Los Justos. Los héroes desconocidos del holocausto”.

El Cardenal Bertone explicó que “la historia de los Justos es la historia de una corriente de bien que ha atravesado la humanidad que prescinde de la religión, incluso a riesgo de perder la propia vida y la de sus familiares”.

Los protectores de los judíos durante el nazismo, señaló el Purpurado, desarrollaron una “guerra pacífica y sin retórica contra las fuerzas del mal y contra los prejuicios de su mismo ambiente”.

En esta guerra, indicó el Secretario de Estado del Vaticano, “la Iglesia Católica tuvo un papel relevante: La historia de los Justos se entrelaza con la de Pío XII y es una historia que cierra las polémicas sobre un supuesto ‘colaboracionismo’ papal o antisemitismo”. En efecto, la obra evidencia, dijo el Cardenal Bertone, “una clara actitud de Pío XII de ayudar de cualquier forma posible a los hebreos perseguidos”; más aún, precisamente “siguiendo las directivas de Pío XII, la Santa Sede buscó, no sólo organizar la búsqueda de los dispersados, sino también de coordinar los esfuerzos a favor de las víctimas y dar ejemplo a los fieles”, concluyó el Cardenal.


2. KGB generó leyenda negra de Pío XII como aliado del régimen nazi, denuncia ex espía

WASHINGTON D.C., 27 Ene. 07 / 04:50 pm (ACI)

Un ex espía de la KGB denunció recientemente que el Kremlin y la mencionada agencia de inteligencia rusa orquestaron una campaña en los años ‘60s contra la Iglesia Católica, en donde el principal objetivo era hacer que la gente creyera que Pío XII fue un simpatizante del régimen nazi.

En un reciente número de la revista National Review Online, Ion Mihai Pacepa, ex espía de la KGB explicó que "en febrero de 1960, Nikita Khrushchev aprobó un plan supersecreto para destruir a la autoridad moral del Vaticano en Europa Occidental. Eugenio Pacelli, entonces Papa Pío XII, fue escogido como el principal objetivo de la KGB, su encarnación del mal, porque ya había dejado el mundo en 1958. ‘Los muertos no pueden defenderse’, fue el lema de la KGB entonces". El nombre clave de esta campaña fue "asiento 12".

Pacepa indicó en su artículo que la KGB basó sus difamaciones en que el entonces Arzobispo Pacelli había servido como Nuncio Apostólico en Munich y Berlín. "La KGB quería presentarlo como un anti-semita que había alentado el holocausto de Hitler", aseguró Pacepa y dijo que para lograrlo la KGB quería "modificar levemente" algunos documentos originales del Vaticano y para eso lo llamaron a él, cuando trabajaba en el servicio de inteligencia rumano.

Entre 1960 y 1962, el espía rumano envió cientos de documentos a la KGB relacionados con Pío XII. Según explica Pacepa, ninguno incriminaba al Pontífice pero de igual modo los enviaba para su posterior modificación.

Esos documentos alterados fueron utilizados luego para producir una obra en la que se atacaba al Pontífice que se tituló: "El Sustituto" y que se estrenó en la Alemania de 1963 bajo el título de "El Sustituto, una tragedia cristiana", que proponía que Pío XII apoyó a Hitler y lo alentó a seguir adelante con el holocausto judío.

A su vez, el director de la obra argumentaba falsamente que tenía 40 páginas de información que sustentaban lo que la obra mostraba. Un año después fue estrenada en Nueva York y traducida posteriormente a 20 idiomas; convirtiéndose luego en referencia obligada para una oleada de libros y artículos en donde se acusaba a Pío XII.

"Hoy en día, mucha gente que nunca escuchó de ‘El Sustituto’ está sinceramente convencida de que Pío XII fue un hombre frío y despiadado que odiaba a los judíos y que ayudó a Hitler a eliminarlos", explicó Pacepa y añadió que "como jefe de la KGB, Yury Andropov, el incomparable maestro del engaño soviético, solía decirme que las persona están más dispuestas a creer la maldad que en la santidad".

Pacepa también destaca que la verdad finalmente se conoce ahora que el proceso de canonización de Pío XII está en marcha. "Los testigos de todo el mundo prueban que Pío XII era enemigo y no amigo de Hitler", anotó.

Asimismo citó el libro "El Mito del Papa de Hitler: Cómo Pío XII rescató a los judíos de los nazis" de David G. Dalin, en el que queda claramente establecida la labor de ayuda del Papa Pacelli a favor del pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial.

"Al inicio de la Segunda Guerra, la primera encíclica del Papa Pío XII era tan anti-Hitler que la Real Fuera Aérea de Inglaterra dejó caer sobre Alemania 88 mil copias", concluye.


3. Fundación liderada por judío quiere declarar a Pío XII "Justo entre las Naciones"

ROMA, 16 Sep. 09 / 09:02 pm (ACI)

La Pave the Way Foundation comunicó esta mañana al Papa Benedicto XVI una iniciativa que busca darle a Pío XII el título de "Justo entre las Naciones" –que equivaldría al reconocimiento que hace la Iglesia de los santos– y así colocar su nombre en el elenco del conocido jardín de los justos en el Yad Vashem de Jerusalén.

Según indica L'Osservatore Romano, el anuncio lo hizo el judío Gary Lewis Krupp, fundador y presidente de la mencionada fundación que se dedica a la promoción de la paz en el mundo a través del diálogo interreligioso, al finalizar la Audiencia General de este miércoles en el Aula Pablo VI.

Krupp también obsequió al Santo Padre un libro sobre Pío XII de 255 páginas en las que se reproduce cerca de tres mil documentos originales sobre el Papa Pacelli, descubiertos tras largas investigaciones y enriquecidos con numerosas fotos.

Krupp ha explicado que este obsequio es "un gesto de gratitud por las iniciativas de Benedicto XVI a favor del diálogo entre católicos y judíos".


4. Encuentran prueba de orden directa de Pío XII para proteger a judíos perseguidos

ROMA, 06 Mar. 09 / 08:10 am (ACI)

El Padre Peter Gumpel, relator de la causa de beatificación del Papa Pío XII, reveló que ha obtenido una nueva prueba de los esfuerzos del Pontífice contra la persecución nazi: Un apunte en el memorial de un monasterio romano que da cuenta de una orden directa del Santo Padre para que se acoja en el recinto a los judíos perseguidos.

En declaraciones a Radio Vaticano, el Padre Gumpel informó que se trata de una nota procedente del Memorial de las Religiosas Agustinas del Monasterio romano "Dei Santissimi Quattro Coronati" en la que se lee: "El Santo Padre quiere salvar a sus Hijos, también a los Judíos, y ordena que en los Monasterios se dé hospitalidad a estos perseguidos". El apunte es de noviembre de 1943 e incluye la lista de 24 personas acogidas en este monasterio como adhesión al deseo del Sumo Pontífice.

El Padre Gumpel, según traduce la cadena COPE, explicó que su importancia radica en ser un documento escrito.

El sacerdote aclaró que "hay numerosos testimonios orales, no sólo de religiosas y sacerdotes, sino también de otros" sobre la labor del Papa Pío XII pero "con frecuencia faltan declaraciones contemporáneas escritas, cosa que ha dado oportunidad a algunos –que siguen atacando a Pío XII– de contestar, diciendo: ‘No hay documentos acerca de que él haya actuado jamás durante la redada contra los judíos romanos el 16 de octubre de 1942’".

"Esto es una falsedad total; lo único que revela es que en tiempos de persecuciones y en situaciones como las que entonces se vivían en Roma, una persona prudente no ponía las cosas ‘negro sobre blanco’, pues existía el peligro de que cayeran en manos enemigas y después se emprendieran medidas todavía más hostiles contra la Iglesia católica", precisó.

El Padre Gumpel agregó que "la obra de salvación de Pío XII –atestiguada también, por otro lado, por muchas fuentes judías– se realizó a través de mensajeros personales –sacerdotes– que eran enviados a diversas instituciones y a casas católicas aquí, en Roma, universidades, seminarios, parroquias, conventos de religiosas, casas de religiosos, siempre con el mensaje: ‘Abrid vuestras puertas a todos los perseguidos por los nazis’, lo que valía en primer lugar, naturalmente, para los judíos".

Según el sacerdote, hay quienes dicen que creerán "en la obra de Pío XII a favor de los judíos sólo si contamos con un documento escrito’. Pues bien, existen dos documentos escritos: uno se envió al Obispo de Asís, monseñor Nicolini, quien lo hizo ver a su colaborador, el reverendo Brugnazzi; ambos fueron después reconocidos por el Yad Vashem como ‘justos entre las naciones’".

"Aquí en Roma –añade– tenemos ahora este documento de la crónica de las Religiosas Agustinas de Clausura" como "una confirmación ulterior que puede ser útil ante aquellos que persistentemente quieren denigrar a Pío XII y con ello atacar a la Iglesia católica", indicó.

5. Liga Católica anti-difamación desmiente a líder judío sobre Pío XII

ROMA, 07 Jun. 07 / 09:34 pm (ACI)

La Liga Católica Anti-Difamación de Italia publicó esta semana un enérgico desmentido al ex Presidente de las Comunidades hebraicas italianas, Amos Luzzatto, quien en una entrevista concedida al diario Corriere della Sera denostó la memoria del Papa Pío XII con falsedades históricas.

Luzzatto atacó a Pío XII diciendo que del Papa "jamás llegó un acto público de oposición contra los exterminios en masa" y que el Pontífice "no dijo ni una palabra sobre el asalto al gueto, que ocurrió sólo cuando el embajador alemán ante la Santa Sede señaló que no habrían habido protestas de parte del Vaticano".

En un comunicado, la Catholic Anti-Defamation League de Italia desmintió al líder hebreo señalando puntualmente:

El telegrama del embajador alemán ante el Vaticano, citado por el líder hebreo, "es del 28 de octubre de 1943 y por tanto es posterior, no precede, el asalto al gueto de Roma".

El embajador alemán von Weizsäcker fue convocado al Vaticano inmediatamente después de la redada en el barrio judío de Roma, el 16 de octubre por el Secretario de Estado, el Cardenal Maglione, quien le pidió detener toda acción contra los judíos "en nombre de la humanidad, de la caridad cristiana", expresando el deseo del Papa.

El 17 de octubre, Von Weizsäcker informó al Canciller alemán Ribbentrop que la reacción del Vaticano contra la redada en el barrio judío había sido muy dura; y señaló incluso que "se ha comenzado a comparar al Papa actual con el más enérgico Pío XI".

El ministro británico ante el Vaticano, Osborne, informó a su gobierno el 31 de octubre de 1943 que la reacción del Papa a la deportación de judíos había sido enérgica; y que, más aún, la intervención vaticana había logrado que se dejara libre a la mayoría de los detenidos.

Pío XII, advertido por la Princesa Pignatelli de los planes nazis, había intervenido rápidamente mediante dos religiosos alemanes y la protesta del Cardenal Maglione. Dos horas después de la intervención, la redada del gueto fue suspendida y cuatro mil hebreos amenazados encontraron asilo en conventos y escuelas católicas.

Con el fin de librarse de las acusaciones judiciales en su contra, Von Weizsäcker mantuvo después de la guerra la versión de la no intervención de Pío XII; pero los británicos mantuvieron su versión de los hechos.

El mismo Rabino de Roma, Israel Zolli, reconoció públicamente el papel del Pontífice en proteger a los judíos, e incluso su contribución para juntar los 50 kilos de oro exigidos por el general Kappler como condición para renunciar a su plan de deportación masiva.

La CADL de Italia ha ofrecido todas las pruebas documentarias de sus argumentos históricos en italiano en su página web: www.cadl.it

El pronunciamiento de la CADL señala que "las declaraciones de Amos Luzzatto parecen prescindir de la amplísima documentación recogida hasta ahora por los historiadores, además de las numerosos y autorizados testimonios que la misma comunidad judía y el gobierno israelí tributaron al Papa Pacelli desde 1944".

"Asombra al mismo tiempo -sigue el comunicado- el repetido y vivaz intento de oscurecer la venerada memoria del gran Pontífice Pío XII".

El Presidente de la Catholic Anti-Defamation League, Pietro Siffi, concluye auspiciando que "en el futuro se puedan evitar declaraciones no conformes a la verdad histórica, que alimentan el prejuicio anti-católico y prestan argumentos a quienes respiran odio contra la Iglesia".

“LA VERDAD OS HARÁ LIBRES”


(Más información en http://www.aciprensa.com/ )

sábado, 28 de noviembre de 2009

¿Ir a Misa sin sentirlo?

¿Ir a Misa sin sentirlo?
La Misa y los sentimientos:una confusión quizá demasiado extendida.
Autor: P. Eduardo Volpacchio

Me preocupa haber encontrado no pocas personas a las que les han aconsejado -incluso algún sacerdote- no asistir a Misa el domingo si “no lo sentían”. De ser cierto estos consejos, significaría que el criterio moral para evaluar la conveniencia de la asistencia a Misa sería el siguiente: “Si lo sentís, tenéis el deber de ir a Misa; si no lo sentís no tenéis que ir (o al menos podrías no ir)”. Es un planteo que hace decisivos, desde el punto de vista moral, los sentimientos.

Si, con una pizca de ironía, nos colocamos en un contexto de buscar excusas para no ir a Misa, el asunto sonaría de tal manera que sentirse bien en Misa sería una carga, que me obliga a ir; y sentirse mal con la Misa, una fuerza liberadora del precepto. Ya se vé que hay algo que no funciona.

En efecto, si consideramos racionalmente la postura, nos daremos cuenta de que es sencillamente un disparate. Es lo que trataremos de analizar en estas líneas.

De entrada hay que decir que el criterio señalado es inaplicable. Para poder usarlo tendríamos que descubrir primero de qué sentimientos se trata: sentir ganar de ir a Misa, sentir emoción en Misa, aburrirse en Misa, sentir pereza, sentir simpatía o enojo con el sacerdote, sentir más ganas de otras cosas y un largo etcétera de posibles sentimientos. Una vez aclarado qué tipos de sentimientos aconsejarían no asistir a Misa; habría que preguntarse qué intensidad de sentimiento sería necesario para excusar de pecado o cometerlo.
De más está decir que todo este planteo carece de sentido.

Sabemos qué nos pide Dios en primer lugar: "Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu mente, con toda tu alma y con todas tus fuerzas". No nos pide buenos sentimientos, sino que amemos "con obras y de verdad".

La superficialidad del argumento usado como justificante del abandono de la práctica religiosa, supone además ignorar varias realidades:

• Desconocer el valor salvífico de la Misa más allá de los sentimientos de los asistentes.
• Desconocer el valor de la obediencia a las leyes de la Iglesia.
• Desconocer el sentido del deber.
• Desconocer el valor del sacrificio como expresión de amor.
• Desconocer la psicología humana, ya que si dejo de hacer cosas buenas -está fuera de discusión la bondad del sacrificio Eucarístico- que me cuestan, difícilmente tendré ganas de hacerlas después. Y menos de apreciarlas.

El valor de la Misa

El consejo sería válido si la única función de la Misa fuera suscitar en quienes participan buenos sentimientos. Si fracasara en tal intento -que sería su única razón de ser- efectivamente sería inútil, y no nos serviría para nada la asistencia a la misma.
Pero la Misa es una acción divina, que santifica al mundo. Hay en ella mucho más de lo que veo, de lo que toco, de lo que siento. De manera que la Misa me sirve mucho más de lo que puedo darme cuenta, es más, no sólo me sirve, la necesito para tener vida eterna.

Preceptos y sentimientos

En el caso de la Misa dominical hay en juego algo más que la piedad: un precepto de la Iglesia. Y el cumplimiento de las leyes va más allá de los sentimientos. En este caso, además, se trata de un precepto que obliga gravemente (es decir, que su incumplimiento, en principio, es grave). Un legislador jamás contemplaría entre las causas excusantes del cumplimiento de la ley la carencia de sentimientos: los sentimientos no tienen lugar en el ámbito jurídico porque no pueden ser medibles objetivamente.

Si una persona flaquea y por debilidad falta a Misa el domingo, con humildad pedirá perdón al reconocer su falta, y Dios lo perdonará. El problema aparece cuando se intenta justificar la falta, para que deje de ser falta. Entonces, se confirma en el camino del abandono del cumplimiento de sus deberes religiosos. Y esto, lejos de acercarlo al amor de Dios, lo alejará de su presencia.

La falta de sentimientos puede ser ofensiva

En las relaciones humanas, la falta de sentimiento no exime del cumplimiento de deberes familiares o sociales. Por el contrario, si ése es el motivo del incumplimiento, lo hace más ofensivo. Si no asisto a la celebración del cumpleaños de un amigo, seguramente podrá entender las razones que me lo impiden. Pero si me justifico diciendo que no me dice nada su persona y su celebración, lejos de excusarme, la explicación hará más dolorosa mi ausencia, la convertirá en un auténtico desprecio.

Me parece que a Dios lejos de agradarle que un cristiano no vaya a Misa porque no lo siente, le resulta más ofensivo. Y le “duele” que no haga ningún esfuerzo por superar esa falta de sentimiento para estar con El.

Sería muy egoísta la actitud de quien dejara de ir a Misa cuando deja de “sentir”: como si sólo buscara “sentirse bien” y cuando no lo consigue, la abandonara porque “ya no me sirve”. No vamos a Misa a sentirnos bien, sino a participar del mayor acto de amor de Dios por los hombres; no vamos a pasárnoslo bien, sino a dar Dios el culto que merece ofreciéndole nada menos que la entrega de Cristo y a buscar la gracia que necesitamos para ser buenos hijos de Dios. El valor de esto está mucho más allá de lo que yo pueda sentir.
A Dios no le molesta que no sienta nada. El sabe bien cómo es mi estado interior. Quiere que lo ame, incluso cuando mis sentimientos no me facilitan ese amor.

La solución verdadera

Quizá sea cierto que la mayor parte de la gente que deja de ir a Misa, lo haga por motivos “afectivos”: no siente nada, se aburre, no tiene ganas. Tienen fe, dicen amar a Dios, pero no los llena, no sienten nada. Y es la mayor donación de Dios a los hombres. Es una lástima, pero está muy lejos de justificar la falta de práctica religiosa.

Quienes están en esta situación tienen un problema, y tendrían que buscar cómo resolverlo. Quizá deberían plantearse que la Misa no tiene la “culpa”. Que la solución no es dejar de asistir, sino intentar que les diga algo, entenderla mejor, vivirla con más intensidad. Dejar de ir a Misa es la peor de todas las “soluciones” posibles a su falta de sentimientos, porque no soluciona nada. Nunca “gracias” a dejar de participar en la Misa conseguirán amar más a Dios, y sentir más intensamente ese amor.

Quien ama se lo pasa bien con el amado, pero no es eso lo que busca (el amor egoísta se busca a sí mismo). Quien busca dar gloria a Dios, sabe prescindir de sus sentimientos: busca agradarlo, aunque no saque nada de provecho personal.

Conclusión

Si faltas a Misa los domingos, por favor, no te justifiques diciendo que no te dice nada. No te excusará delante de Dios. Resulta evidente que a quien nos pide como primer mandamiento que lo amemos, no puede resultarle indiferente que le digamos que no sentimos nada por su compañía.

Si escuchas a alguien razonar de esta manera, decirle que lo piense mejor, porque es un razonamiento que carece de lógica por donde lo consideres.

Por otro lado, y para terminar, si ha habido tantas almas enamoradas de la Eucaristía, será que algo tiene, y habrá que ponerse en campaña para descubrirlo. Es todo un desafío.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Optar por Cristo no garantiza éxito mundano pero asegura auténtica paz, dice Benedicto XVI

VATICANO, 22 Nov. 09 (ACI).-Un nutrido número de fieles y peregrinos se dio cita este mediodía en la Plaza de San Pedro para rezar el Angelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien en sus palabras introductorias recordó que optar por Cristo no garantiza el éxito mundano, pero sí asegura el gozo y la paz que sólo Él puede dar.

"Jesús, en cuanto Hijo de Dios, se ha entregado libremente a su pasión, y la cruz es el signo paradojal de su realeza, una realeza que consiste en la victoria de la voluntad de amor de Dios Padre sobre la desobediencia del pecado", dijo el Santo Padre en el día en que la Iglesia celebra la Solemnidad de Cristo Rey.

Reflexionando sobre la relación entre la resurrección y la fiesta de hoy, el Santo Padre resaltó que justamente "en el ofrecerse en el sacrificio de expiación, Jesús es el Rey universal, como Él mismo dirá cuando se aparece a sus Apóstoles tras la resurrección: 'Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra'".

"¿En qué consiste el 'poder' real de Jesús?" se preguntó el Pontífice. Respondiendo dijo: "no es el de los grandes de este mundo; es el poder divino de dar la vida eterna, de liberar del mal, de vencer el dominio de la muerte. Es el poder del Amor, que sabe obtener el bien del mal, enternecer un corazón endurecido, llevar a la paz el conflicto más duro, encender la esperanza en la oscuridad más densa".

"Este Reino de la Gracia –continuó el Papa– nunca se impone, respeta siempre nuestra libertad. Cristo ha venido para 'dar testimonio de la verdad'. Ante toda conciencia se hace necesaria una decisión: ¿A quién quiero seguir? ¿A Dios o al maligno? ¿La verdad o la mentira? Optar por Cristo no garantiza el éxito según los criterios del mundo, mas asegura aquella paz y aquel gozo que solo Él puede dar".

"Lo demuestra la experiencia, en toda época, de tantos hombres y mujeres que en nombre de Cristo, de la verdad y de la justicia, han sabido oponerse a la atracción de los poderes terrenos hasta demostrar con el martirio su fidelidad".

Seguidamente el Papa rezó el Ángelus, saludó a los peregrinos presentes en diversos idiomas e impartió su Bendición Apostólica.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

¿Tolerancia? ¿Cómo dijo?

Valores básicos en los que se sustenta la sociedad, construida sobre las actitudes de respeto, tolerancia y diálogo
Autor: Enrique Soros | Fuente: anticatolicismohoy.blogspot.com


En el Primer Mundo la tolerancia se ha convertido en un tema muy importante. Pero claro, tolerancia de los cristianos para con los no cristianos, nunca al revés. Porque, créase o no, hay personas que afirman sentirse ofendidas cuando en un país de mayoría cristiana, se les dice Feliz Navidad. Entonces se cambia el Feliz Navidad por Felices Fiestas. Pero en realidad, se piensa en Feliz Navidad, porque todos saben que es LA fiesta. Como dice el inglés: Jesus is the reason for the Season. (como algunas tarjetas dicen "Season´s greetings" -felices fiestas-, el dicho afirma: "Jesús es la razón de las fiestas".

La idea es quitar a Dios del medio. Del gobierno, de la vida pública, de la vida privada… Que Dios no interfiera con nosotros! Y después nos preguntamos por qué estamos como estamos…

Bueno, así surgen instituciones como la American Family Association, con más de un millón de adherentes, que razona así: si con los cristianos las grandes cadenas ganan millones y millones de dólares, están llenos de productos de Navidad, pero cambiaron los carteles de Feliz Navidad por los de Felices Fiestas para "no ofender a las minorías", de esta forma ofenden a los cristianos, que no quieren que se sigan matando los valores por el vil metal. Entonces sugiere que se le envíe emails a la empresa expresando que si no revierten su política, el remitente no comprará más en dicha tienda. Así la AFA ha tenido muchos logros.

A veces la lucha contra Navidad es bastante agresiva en el Primer Mundo. Yo defiendo a los judíos en muchas de sus luchas. Pero hay una en la que no cuentan con mi apoyo. Es que aquí, si pones un árbol de Navidad en un lugar público, te exigen muchas veces que agregues una menora, el candelabro judío, expresando la tolerancia hacia otras religiones. Pero hete aquí que no se preocupan de que haya también símbolos musulmanes, budistas, hindúes u otros… sólo el judío.

En Estados Unidos hay 80% de cristianos y 1% de judíos. En Israel hay 80% de judíos y 2,3 % de cristianos. Si yo voy a Israel y me dicen Feliz Hanuka, yo les responderé Feliz Hanuka. No se me ocurriría decirles que me ofenden, porque no soy judío. Al contrario, me sentiría auténticamente feliz de compartir la alegría de los judíos. Pero si en Estados Unidos le dices Feliz Navidad a un judío, muy probablemente éste afirme que se siente ofendido, o no te responda, o quizás te diga con cara de "no me moleste": Yo no festejo Navidad. Y me pregunto: ¿por qué tanta intolerancia en el país "de la Libertad"? ¿Quién ofende en realidad?

Aquí el árbol de Navidad se está transformando en Holiday Tree. Los regalos de Navidad, en Holiday presents. Las galletas de Navidad, en Holiday cookies. Los adornos de Navidad, en Holiday decoration.

Se trata literalmente de una guerra contra la Navidad. Pero esto es sólo una expresión de la guerra contra los valores cristianos. Quien no está atento a los signos de los tiempos, no lo puede percibir. Quien sólo tiene acceso a los medios de comunicación generales, muy difícilmente lo pueda ver.

Pienso en la astucia excepcional del Código Davinci. "Es pura fantasía" afirma su director Dan Brown, pero sabe muy bien que si bien toda la película es una novela, erosionará la fe de muchos inseguros. Más, si este señor hipócrita después empapela las ciudades de Estados Unidos publicitando su película con el insólito y desvergonzado slogan: “Know the truth” (Conoce la verdad). "Miente, que siempre algo queda", decía Göbbels, el Ministro de Propaganda de Hitler.

La misma estrategia utiliza National Theographic, quizás ya no más Geographic, porque se transformó en una entidad que quizás haga más teología que ciencia natural. Por varios meses, la noticia principal de su página de internet fue el presunto "descubrimiento del evangelio perdido de Judas", sacando conclusiones teológicas sobre un hallazgo interesante sobre una secta que la Iglesia ya conoce desde hace 2000 años. ¿Cómo Judas pudo haber escrito un evangelio en menos de medio día, si tal como relata Hechos de los Apóstoles en 1,18, el apóstol, luego de traicionar a Jesús, se suicidó? Miente, que siempre algo queda.

La pregunta del millón. ¿Por qué tanta saña contra la Iglesia, contra el cristianismo?

Los poderosos creen que al quitar a Dios del medio, no sólo borran los valores, sino también el sentimiento de culpa. La Iglesia es esa detestable institución que intenta transmitirme lo que Dios piensa. Como Juan el Bautista que acusaba a Herodes por sus inmoralidades. La solución fue cortarle la cabeza… ¿pero borró así el sentimiento de culpa, o sumó acaso una culpa más? ¿Dónde está ahora Juan? ¿Y Herodes?

Cuando en Dinamarca se publicaron caricaturas que en parte mostraban la realidad de un Islam violento (una de sus facetas; la otra es sin duda de paz), Occidente reaccionó defendiendo la libertad de expresión a mansalva. Cuando el Papa expone la misma realidad, en aras de lograr paz, expresando que una religión violenta se encuentra lejos de Dios, Occidente lo tilda al menos, de desubicado, y en el mundo musulmán se mata a cristianos para protestar por tan ajustadas observaciones.

La "tolerancia" motivó en España a la directora del Instituto de Mijas a retirar el nacimiento de la escuela y botarlo a la basura, para no herir sentimientos de nadie! El Foro Andaluz de la Familia le otorgó a esta "maestra de la tolerancia" el Premio Herodes 2006, con el que se quiere identificar acciones contra la infancia que ponen en peligro valores básicos en los que se sustenta la sociedad, construida sobre las actitudes de respeto, tolerancia y diálogo.

domingo, 15 de noviembre de 2009

“¡Pides más que un cura!”

Por monseñor José Ignacio Munilla Aguirre , obispo de Palencia
PALENCIA, sábado, 14 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos el artículo que ha escrito monseñor José Ignacio Munilla Aguirre , obispo de Palencia, que ha escrito sobre la colaboración económica con la Iglesia.
* * *

El próximo domingo celebramos el Día de la Iglesia Diocesana. Habría muchos temas que tratar sobre este motivo; pero en esta ocasión me voy a centrar en el que suele resultarnos más "antipático": pedir dinero.

Soy consciente de la fama que tradicionalmente se nos ha "adjudicado": "¡Pides más que un cura!". Sin embargo, en honor a la verdad, me atrevo a denunciar la falsedad del dicho popular, por muy recurrente que sea.

Las cosas no son lo que aparentan: hay algunos que "parece que piden, cuando en realidad están dando"; mientras que hay otros muchos que, "parece que dan, cuando lo cierto es que están pidiendo". No quiero poner ejemplos concretos, porque a nadie le gusta buscarse enemigos...; pero estoy seguro de que los lectores tienen la agudeza suficiente para concretar este principio en casos prácticos...

"Ayudar a la Iglesia en sus necesidades"

No sé si lo recordaremos... pero éste es el quinto y último de los mandamientos de la Santa Madre Iglesia: "Ayudar a la Iglesia en sus necesidades". La razón es obvia: la Palabra de Dios no tiene precio, pero su predicación tiene unos costes... La ayuda que prestamos a la labor evangelizadora de la Iglesia, es proporcional a nuestra estima de la vida de la gracia que a través de ella recibimos.

Recientemente, un misionero africano que pasaba unos días de merecido descanso entre nosotros, me decía lo siguiente: "Cuando vengo a mi pueblo, y pido a mis conocidos ayuda económica para excavar un pozo de agua, encuentro una respuesta pronta y generosa. Sin embargo, si pido colaboración para construir una capilla o para hacer unas aulas para la catequesis, la respuesta es mucho más limitada".

¿Será acaso que todavía no hemos descubierto que la Eucaristía sacia la sed del hombre, y que la Palabra de Dios es lámpara que ilumina nuestro camino?

La "x" en la Declaración de la Renta, y el óbolo de la viuda

Nuestra aportación a la Iglesia a través del IRPF de la Declaración de la Renta es un capítulo importante para el sostenimiento de la Iglesia, aunque el apartado principal es otro: los donativos directos de sus fieles. Por ello, nos estaríamos engañando si pensásemos que con rellenar la casilla de la "X" hemos "cumplido" ya con el compromiso de sostener económicamente nuestra Iglesia.

No olvidemos que esa "x" no añade nada a nuestro desembolso, sino que simplemente canaliza una parte de nuestros impuestos: la Iglesia recibirá una ayuda, pero nosotros pagaremos lo mismo. Dicho a las claras: con la contribución a la Iglesia a través del IRPF, no nos estamos "rascando el bolsillo".

Las palabras de Jesús sobre aquella viuda a la que vio echar dos pequeñas monedas en el óbolo del templo, son muy significativas: "...los demás han echado de lo que les sobraba, mientras que ella ha echado de lo que necesitaba" (Lc 21, 4). El desprendimiento de aquella mujer conmovió a Jesucristo, porque era proporcional a su amor.

Predicando con el ejemplo: el caso de los anglicanos

El sostenimiento económico de nuestra Iglesia no sólo es posible por nuestras contribuciones, sino también por una administración muy austera; de forma que los recursos que son puestos en manos de la Iglesia "cunden mucho".

Frente a todos los sambenitos y frases hechas, me atrevo a decir que, en materia de pobreza, en la Iglesia se predica con el ejemplo.

No creo que exista otra institución en la que el sueldo de sus máximos responsables sea tan parejo al de los trabajadores más humildes. Tampoco creo que exista otra entidad en la que se haga ¡tanto con tan poco dinero!

En las últimas semanas hemos vivido una noticia que, tal vez, haya podido pasar inadvertida. Me refiero a que cerca de medio millón de cristianos anglicanos han solicitado su ingreso en la Iglesia Católica. Entre ellos se incluyen unos mil clérigos y varias decenas de obispos.

Pues bien, esos clérigos conversos, al hacerse católicos, verán reducido su sueldo a un tercio de la cantidad que cobraban anteriormente como clérigos anglicanos. Al abrazar la fe católica, eran conscientes de que la "riqueza en la fe" iría de la mano de la "pobreza en lo material". ¿No es éste un impresionante testimonio de fe y de pobreza evangélica?

¡El que tenga ojos para ver, que vea! ¡Arrimemos el hombro como expresión del amor a nuestra Iglesia Diocesana!

martes, 10 de noviembre de 2009

Los obstáculos nos señalan el camino

Jesús nos pone los obstáculos de la vida para señalarnos la ruta, como antorchas que marcan nuestro camino.
Autor: Oscar Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org



¡Años de luchar contra mis debilidades!. Cuanto esfuerzo en sobreponerse a habilidades no poseídas, a talentos no desarrollados, en quitar de mi camino obstáculos que se ubican una y otra vez en el centro de mi ruta, como rocas que caprichosamente buscan rodar frente a mí, por más que las rodee o quite de la huella. Recuerdo particularmente mi adolescencia, sueños de desarrollar mi vida en una dirección, pero sin lograr siquiera crecer en ese rumbo, pese a enormes esfuerzos iniciados una y otra vez. Y luego en los primeros años de mi vida de adulto, sorprenderse de que algunas cosas funcionaron imprevistamente sin mayores esfuerzos, mientras otras presentaron una tremenda resistencia. Por más que testarudamente quise ir en un rumbo luchando contra incontables dificultades, la realidad me mostró otra avenida que pareció pavimentada o preparada de antemano para mi paso.

Esta lucha contra esas limitaciones o miserias personales, defectos y debilidades, siempre llamó mi atención. Porque por una parte estoy convencido de que el hombre debe enfrentar las dificultades y errores cometidos, y sobreponerse con esfuerzo y perseverancia. Sin embargo, por otra parte también he llegado a la conclusión de que Dios se vale de nuestras limitaciones para mostrarnos nuestro camino. ¿A que me refiero?. A que el Señor nos da un talento para que lo desarrollemos, para beneficio de nuestra alma, pero también permite nuestra falta de talentos y los obstáculos que aparecen cuando intentamos ir en un rumbo determinado, para decirnos a las claras cual es el rumbo que no debemos tomar. Y no estoy sugiriendo que ese rumbo sea necesariamente malo, sino que no es el que Dios espera de nuestra vida.

Es como si las dificultades de la vida y nuestras carencias de talento fuesen antorchas que Jesús coloca frente a nosotros en una noche oscura. A veces tratamos de arrancar esas antorchas que se interponen en nuestro camino, cuando en realidad son las marcaciones del camino que El espera que tomemos. Imaginen un avión que está buscando aterrizar en una noche oscura, en una ciudad desconocida. El piloto busca y busca la pista, y de repente ve dos filas paralelas de luces, como antorchas, que dejan una negra y oscura franja en el centro. ¿Qué hace entonces?. ¿Quizás coloca las ruedas del avión sobre las luces?. ¡No!. Justamente las coloca en medio de la oscuridad, en el lugar donde no hay ninguna luz, porque sabe que allí está la pista, franca y segura para posar su nave. Virtualmente, él esquiva las luces porque sabe que están puestas allí donde no puede posar su avión, su misión es indicar donde está el camino seguro, la pista de aterrizaje.

Del mismo modo, a veces pienso que Jesús nos pone los obstáculos de la vida para señalarnos la ruta, como antorchas que marcan nuestro camino: El no espera que pasemos por encima de las antorchas, ni que las intentemos remover una y otra vez. Todo lo contrario, El espera que pasemos por ese lugar que está claramente delimitado por las antorchas, sabiendo que allí no sólo no hay obstáculos, sino que se encuentra la ruta segura. He llegado a ésta conclusión porque muchas veces me ha costado tanto llevar a buen puerto una idea o una intención, que interiormente medité si Dios no estaría diciéndome que por allí no debo avanzar. Por otra parte, cuando algo es la Voluntad de Dios, progresa no sin esfuerzo o trabajo, pero si de forma franca y clara, como circulando por un camino despejado.

Estamos hablando de la Divina Providencia, en la que tantos santos confiaron ciegamente para el desarrollo de los proyectos de caridad, proyectos de santidad, que construyeron a lo largo de su ascenso espiritual. Ellos supieron que Dios les marcaba el camino, despejando la ruta deseada por la Divina Voluntad, y dejando todo tipo de obstáculos en las sendas que no estaban indicadas por el Querer Divino. La Divina Providencia dispuso las cosas alternando ayudas y permitiendo obstáculos, llevando a estas almas de Su Mano, desarrollando el Plan Celestial en estos nobles corazones.

Muchas cosas quisiéramos ser, que la realidad de la vida nos demuestra no son posibles. No nos frustremos, tratemos de ver en ello una indicación de que Jesús está tratando de llevarnos en otra dirección. ¡Confiemos en Su Mano de Maestro, entreguemos nuestra vida a la Divina Providencia!

miércoles, 4 de noviembre de 2009

El crucifijo no es una factor de exclusión, sino de unión; aclara el Vaticano

El portavoz comenta la sentencia del Tribuna europeo sobre símbolos religiosos en las escuelas
CIUDAD DEL VATICANO, martes 3 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- La sentencia del Tribunal europeo de Derechos Humanos, que define la presencia del crucifijo en las escuelas como una violación de la libertad religiosa de los alumnos "ha sido acogida en el Vaticano con sorpresa y pesar".
Lo ha afirmado este martes el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, en declaraciones a medios de comunicación con las que ha comentado la sentencia de condena europea al sistema vigente actualmente en Italia de exposición del símbolo religioso en las aulas.

"El crucifijo siempre ha sido un signo de ofrenda de amor de Dios y de unión y acogida para toda la humanidad --considera el portavoz vaticano--. Es una pena que sea considerado como un signo de división, de exclusión o de limitación de la libertad. No es esto, y no lo es para el sentimiento común de nuestra gente".

En particular, el padre Lombardi considera que "es grave marginar del mundo educativo un signo fundamental de la importancia de los valores religiosos en la historia y en al cultura italiana".

Según el portavoz, "la religión ofrece una contribución preciosa a la formación y crecimiento moral de las personas, y es un componente esencial de nuestra civilización". Por este motivo, "es equivocado y miope querer excluirla de la realidad educativa".

"Sorprende, además, que un Tribunal europeo intervenga con tanto peso en una materia tan profundamente ligada a la identidad histórica, cultural, espiritual del pueblo italiano", reconoce.

"Por este camino uno no se siente atraído a amar y compartir más profundamente esa idea europea, que como católicos italianos hemos apoyado fuertemente desde sus orígenes".

"Parece que no se quiere reconocer el papel del cristianismo en la formación de la identidad europea, que sin embargo ha sido y sigue siendo esencial", concluye el portavoz vaticano.

El caso sobre el que se ha pronunciado el Tribunal de Estrasburgo fue presentado por una ciudadana italiana de origen finlandés, que en año 2002 había pedido a la escuela estatal "Vittorino da Feltre" de Abano Terme (Padua), en la que estudiaban sus dos hijos, que quitara los crucifijos de las aulas. La dirección de la escuela se negó por considerar que el crucifijo forma parte del patrimonio cultural italiano, y posteriormente los tribunales italianos dieron razón a este argumento.

jueves, 29 de octubre de 2009

El Papa expone la necesidad de unir razón y oración al buscar a Dios

Dedica la audiencia de hoy a hablar sobre la teología medieval
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 28 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI afirmó hoy durante la Audiencia General que la fe y la razón, lejos de contradecirse, deben unirse para la progresión del conocimiento de los Misterios de Dios.

“La fe está abierta al esfuerzo de la comprensión por parte de la razón; la razón, a su vez, reconoce que la fe no la mortifica, al contrario, la empuja hacia horizontes más amplios y elevados”, afirmó, citando algunos pasajes de la encíclica Fides et Ratio.

Según el Papa, “fe y razón, en diálogo recíproco, vibran de alegría cuando ambas están animadas por la búsqueda de la íntima unión con Dios”

“La verdad se debe buscar con humildad, acogida con estupor y gratitud: en una palabra, el conocimiento crece sólo si se ama la verdad. El amor se convierte en inteligencia y la teología auténtica, sabiduría del corazón, que orienta y sostiene la fe y la vida de los creyentes”, añadió el Papa.

Benedicto XVI dedicó la audiencia general de hoy a explicar a los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro cómo surgió el estudio de la teología occidental en el siglo XII, tras concluir la serie de los escritores cristianos del primer milenio.

La teología como conocimiento articulado surge, explicó el Papa, en dos entornos distintos y con dos enfoques distintos: la teología monástica en los monasterios, y la escolástica en las scholae, en las escuelas catedralicias, embrión de las futuras universidades.

“Los representantes de la teología monástica eran monjes, en general abades, dotados de sabiduría y de fervor evangélico, dedicados esencialmente a suscitar y alimentar el deseo amoroso de Dios”.

“Los representantes de la teología escolástica eran hombres cultos, apasionados de la investigación; eran magistri deseosos de mostrar la razonabilidad y la fundamentación de los Misterios de Dios y del hombre, creídos con la fe, pero comprendidos también por la razón”.

El Papa explicó cómo ambos métodos son necesarios y complementarios.

Respecto al método monástico, que se basa en la lectio divina o lectura orante de la Biblia, y que es muy querido en el Oriente cristiano, el Papa recordó que el sínodo del año pasado sobre la Palabra de Dios “subrayó la importancia del acercamiento espiritual a las Sagradas Escrituras”.

“En efecto, el el deseo de conocer y de amar a Dios, que nos sale al encuentro a través de su Palabra que hay que acoger, meditar y practicar, conduce a buscar la profundización de los textos bíblicos en todas sus dimensiones”.

El Papa invitó a los fieles a “reservar un cierto tiempo cada día a la meditación de la Biblia, para que la Palabra de Dios sea lámpara que ilumina nuestro camino cotidiano en la tierra”.

Respecto a la teología escolástica, ésta “añade la dimensión de la razón a la Palabra de Dios y así crea una fe más profunda, más personal y por tanto también más concreta en la vida del hombre”.

“La teología escolástica buscaba presentar la unidad y la armonía de la Revelación cristiana con un método, llamado precisamente “escolástico”, de la escuela, que concede confianza a la razón humana”, añadió el Papa.

En este sentido, invitó también a los cristianos a “estar siempre dispuestos a responder a quien pida razones de la esperanza que está en nosotros”, que es lo que define a este método teológico.

La teología escolástica “nos recuerda que entre fe y razón existe una amistad natural, fundada en el mismo orden de la creación”, explicó. “La fe y la razón son como las dos alas, con las que el espíritu humano se alza hacia la contemplación de la verdad”.

[Por Inma Álvarez]

martes, 27 de octubre de 2009

¿Por qué nos santiguamos?

Realizar el gesto de la señal de la cruz no es suficiente si no va acompañado de otros gestos que tiene que ver con nuestra condición de creyentes
Autor: Padre Oscar Pezzarini | Fuente: www.feliceslosninos.org


Es común ver a mucha gente realizar lo que llamamos “santiguarse”, es decir hacer la señal de la cruz, que es la señal del cristiano, es decir de aquel que cree en Jesús y en lo que Él nos ha revelado.

Esta señal la hacemos cada vez que comenzamos una Oración, quizás al comienzo y al final del día, pero también vemos que muchos la realizan ante determinados momentos importantes que están por vivir, o antes de comenzar alguna actividad. Ahora, pregunto: ¿Saben realmente lo que están haciendo, saben lo que significa?

El realizar esta acción no es otra cosa que invocar a Dios en su realidad, tal como nos la ha revelado Jesús y que además constituye el gran “misterio de nuestra fe” y lo que nos identifica.

¿Al realizar la señal de la cruz, sabemos y somos conscientes de que con este signo de la cruz sobre nuestro cuerpo, manifestamos nuestra fe en la obra redentora de Jesús?

¿Al realizar la señal de la cruz, sabemos que este acto de fe en la Santísima Trinidad nos compromete no sólo a creer en ella, sino a tratar de vivir de acuerdo con su voluntad?

¿Todos los que realizamos la señal de la cruz sobre nuestra persona, estamos de acuerdo en el compromiso que significa el creer en Dios y en su realidad más íntima y profunda, y que por lo tanto eso nos compromete de una manera especial en nuestra vida?

La señal de la cruz es la señal del cristiano, por lo tanto, al hacerla estamos identificándonos con Cristo, con su vida, sus palabras y sus enseñanzas, y debemos tratar de vivir de acuerdo con ello. ¿Somos conscientes de eso?

Me pregunto si muchas veces quienes nos proclamamos cristianos no estamos realizando gestos (como el de la señal de la cruz) por una simple costumbre, a veces con una gran mezcla de “superstición”, quizás creyendo que la “protección” del Señor es casi como algo “mágico” que nos vendrá sólo por un simple gesto que podamos realizar, y nos olvidamos que nuestro seguimiento de Jesús implica un compromiso de toda nuestra vida y que por lo tanto nuestros actos deben reflejar esa fe que tenemos siguiendo el camino que Él nos ha señalado.

El realizar el gesto de la señal de la cruz, sin dudas que no es suficiente si no va acompañado de otros gestos que tiene que ver con nuestra condición de creyentes. Gestos de acercamiento al que sufre, gestos de amor con quien está necesitado, gestos que signifique respeto a la vida de los demás, ya que Jesús nos enseñó que para ser sus discípulos y que así los demás puedan identificarnos como seguidores suyos, debemos “amarnos los unos a los otros”, y no quedarnos “simplemente tranquilos” porque realizamos determinados gestos, pero que sin el compromiso con los demás, quedarán vacíos.

Padre Oscar Pezzarini

domingo, 25 de octubre de 2009

Mensaje final del Sínodo: "¡África, levántate!"

¿SABÍAS QUE SE HA CELEBRADO UN SÍNODO DE OBISPOS EN ÁFRICA?

Versión aprobada por la asamblea sinodal


CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 24 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos el mensaje al pueblo de Dios que ha enviado el Sínodo de los Obispos de África, aprobado por aclamación este viernes.

El texto ha sido redactado en italiano, inglés, francés y portugués. Esta versión en español, traducción de la leída en el aula, es considerada como "no definitiva".



* * *






INTRODUCCIÓN



1. Ha sido un don especial de la gracia y, como su última voluntad y testamento para África, que el Siervo de Dios, Papa Juan Pablo II anunciara hacia el final de su vida, el 13 de noviembre de 2004, su intención de convocar una Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos. Este mismo anuncio fue confirmado por su sucesor, nuestro Santo Padre Papa Benedicto XVI, el 22 de junio de 2005, una de las primeras y grandes decisiones de su Pontificado. Mientras estamos aquí reunidos para este Sínodo, provenientes de todos los países de África, de Madagascar y de las Islas contiguas, con los hermanos Obispos y colegas de todos los continentes, juntamente con la Cabeza del Colegio Episcopal y bajo su guía, con la participación de algunos delegados fraternos de otras tradiciones cristianas, nosotros damos gracias a Dios por esta posibilidad providencial de celebrar las bendiciones del Señor sobre nuestro continente, para reflexionar sobre nuestro oficio de Pastores de la grey de Dios y buscar nueva inspiración y aliento para las tareas y desafíos que están ante nosotros. Ya han pasado quince años desde la primera Asamblea en 1994. Las enseñanzas y directrices de la Exhortación post - sinodal Ecclesia in Africa no han dejado de representar una válida guía para nuestra actividad pastoral. En esta segunda Asamblea, el Sínodo ha podido concentrarse en un tema de máxima urgencia para África: nuestro servicio en favor de la reconciliación, la justicia y la paz en un continente que tiene una urgente y profunda necesidad de estas gracias y virtudes.

2. Hemos iniciado nuestro trabajo aquí, en Roma, con la celebración de la Santa Eucaristía, como acto inaugural, presidida por Su Santidad, Papa Benedicto XVI, e invocando al Espíritu Santo para que "nos conduzca hacia la verdad completa" (Jn. 16,13). En esta ocasión, el Papa nos recordó que el Sínodo no es en primer lugar una sesión de estudio. Es, más bien, la iniciativa de Dios que nos llama a escuchar: a escuchar a Dios, a escucharnos mutuamente y a escuchar al mundo que nos rodea, en una atmósfera de oración y de reflexión.

3. Mientras estamos a punto de dispersarnos hacia los diversos lugares de nuestra misión, con renovado compromiso y valentía, dirigimos este mensaje a toda la Iglesia, Familia de Dios, y, de forma especial, a la Iglesia en África: a nuestros hermanos Obispos, en cuyo nombre estamos aquí; a los sacerdotes, diáconos y religiosos, a todos los fieles laicos y a todos a quienes Dios abrirá el corazón para escuchar nuestras palabras.



PARTE I
UNA MIRADA A ÁFRICA DE HOY.





4. Vivimos en un mundo lleno de contradicciones y en plena crisis. La ciencia y la tecnología dan pasos gigantescos en todos los aspectos de la vida, suministrando a la humanidad todo lo que es necesario para hacer de nuestro planeta un lugar maravilloso para todos nosotros. Sin embargo, las situaciones trágicas de los refugiados, la pobreza extrema, las enfermedades y el hambre matan todavía a miles de personas cada día.

5. En todo esto, África es la más afectada. África es rica en recursos humanos y naturales, pero muchos en nuestro pueblo se debaten en medio de la pobreza y la miseria, de guerras y conflictos, entre crisis y caos. Muy raramente todo esto es causado por desastres naturales. Se debe, más bien y en gran medida, a decisiones y acciones humanas de personas que no tienen ninguna consideración por el bien común, y esto, con frecuencia, debido a la trágica complicidad y conspiración criminal entre responsables locales e intereses extranjeros.

6. Pero África no debe desesperarse. Las bendiciones de Dios todavía son abundantes y esperan ser aprovechadas, con prudencia y justicia, en favor de sus hijos. Donde las condiciones son justas, sus hijos han demostrado que pueden alcanzar, y de hecho han alcanzado, el más alto grado de compromiso humano y competencia. Existen muchas noticias positivas en diversas partes de África. Pero los medios de comunicación moderna prefieren, con frecuencia, las malas noticias y parecen concentrarse solamente en nuestras desgracias y defectos, y no en los esfuerzos positivos que estamos realizando. Hay naciones que han salido de largos años de guerra y caminan poco a poco por senderos de paz y prosperidad. El buen gobierno está produciendo un considerable impacto positivo en algunos países africanos, estimulando así a otros países a reconsiderar las malas costumbres del pasado y del presente. Abundan las señales de muchas iniciativas que intentan dar una solución efectiva a nuestros problemas. Este Sínodo, precisamente por la elección del tema, espera ser una de estas iniciativas positivas. Invitamos a todos, indistintamente, a colaborar para acoger los desafíos de la Reconciliación, de la Justicia y de la Paz en África. Muchos están sufriendo y muriendo: no se puede perder más tiempo.





PARTE II
A LA LUZ DE LA FE







7. Nuestro oficio de Obispos nos obliga a considerar cada cosa bajo la luz de la fe. Poco después de la publicación de Ecclesia in África (EIA), los Obispos de África, a través del Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM), publicaron una carta pastoral que llevaba como título: "Cristo, nuestra paz" (cfr. Documento Final de la Asamblea Plenaria del SECAM, celebrado en Rocca di Papa, los días 1-8 de octubre de 2000, y publicado en Accra en 2001) Durante esta Asamblea hemos recordado con frecuencia que la iniciativa para toda reconciliación y paz proviene de Dios. Como dice el Apóstol Pablo: "En Cristo, Dios ha reconciliado el mundo". Esto sucede por un don suyo gratuito de perdón sin condiciones, "sin tener en cuenta las transgresiones de los hombres", para introducirlos en su paz (cfr. 2Co 5,17-20). Por lo que se refiere a la justicia, también es obra de Dios, a través de la gracia justificante, en Cristo.

8. En el mismo texto San Pablo continúa diciendo que Dios "pone en nosotros la palabra de la reconciliación" y que "somos, por tanto, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros". Éste es el altísimo mandamiento que hemos recibido de nuestro Dios, misericordioso y compasivo. La Iglesia en África, ya sea como familia de Dios que como cada uno de sus fieles, tiene el deber de ser instrumento de paz y reconciliación, según el corazón de Cristo, que es nuestra paz y reconciliación. Y será capaz de realizar esto en la medida en que ella misma esté reconciliada con Dios. Sus estrategias para la reconciliación, la justicia y la paz en la sociedad, deben ir más allá y más profundamente de cómo el mundo trata estas cuestiones. Con San Pablo, el Sínodo invita a todos los pueblos de África: "En nombre de Cristo, os suplicamos: reconciliaos con Dios" (2Co. 5,20). Con otras palabras, invitamos a todos a dejarse reconciliar con Dios. Esto abre el camino a la verdadera reconciliación entre las personas. Y es esto lo que puede quebrar el círculo vicioso de la ofensa, de la venganza y del contraataque. En todo esto, la virtud del perdón es decisiva, incluso antes de cualquier admisión de culpa. Quienes dicen que el perdón no sirve, deberían probar a vengarse y ver qué sucede. El verdadero perdón promueve la justicia del arrepentimiento y de la reparación, que conducen a una paz que llega a las raíces del conflicto y que transforman a quienes eran víctimas y enemigos, en amigos, hermanos y hermanas.
Ya que es Dios quien hace posible esta reconciliación, en este ministerio debemos conceder el espacio adecuado a la oración y a los sacramentos, especialmente al Sacramento de la Penitencia.





PARTE III
A LA IGLESIA UNIVERSAL





9. Esto proyecta su luz de atención y solidaridad sobre el continente africano. Agradecemos al Santo Padre su cercanía a África, con sus esfuerzos y con la defensa que de ella realiza, con todo el peso de su gran autoridad moral. Como sus predecesores, siempre ha sido un verdadero amigo de África y de los africanos. Confrontándonos con nuestros desafíos, hemos sido enriquecidos y guiados por los tesoros y la sabiduría del magisterio de los Papas sobre aspectos sociopolíticos. A este respecto, el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia es un vademecum y un recurso que en este mensaje recomendamos vivamente a todos los fieles laicos, especialmente a los que tienen grandes responsabilidades en nuestras comunidades.

10. La Santa Sede ha promovido muchas iniciativas que tienden al desarrollo y al bienestar de África. Un caso específico es la Fundación para el Sahel, para combatir la desertificación en estas regiones. No podemos tampoco quitar valor a los grandes servicios que prestan los representantes pontificios en nuestras Iglesias locales. La Santa Sede tiene hoy Nuncios en 50 países africanos, de un total de 53. Ésta es una fuerte indicación del compromiso de la Santa Sede para el servicio al continente, y por la cual el Sínodo expresa un profundo aprecio.

11. Nosotros, miembros de la Familia de Dios difundida por todo el mundo, saludamos con afecto fraterno a toda la Iglesia, más allá de las costas africanas. La presencia y la participación activa de delegados de otros continentes en esta Asamblea, confirma nuestro vínculo de colegialidad efectiva y afectiva. Damos las gracias a todas las Iglesias locales que se han comprometido a prestar servicios en África y para África, tanto en el ámbito espiritual como material. En el campo de la reconciliación, de la justicia y de la paz, la Iglesia en África continuará contando con el efectivo patrocinio de los responsables de la Iglesia de los países ricos y poderosos, cuyas políticas, acciones y omisiones contribuyen a causar o agravar la difícil situación de África. Existe un vínculo especial histórico entre Europa y África. A este respecto, la relación que hoy existe entre los dos organismos episcopales a nivel continental, El Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y el SECAM, se debe fortalecer y profundizar. Acogemos también con alegría las emergentes relaciones fraternas entre la Iglesia en África y la Iglesia en América.

12. Muchos hijos e hijas de África han abandonado sus casas para buscar morada en otros continentes. Muchos de ellos están bien y contribuyen válidamente al desarrollo de sus nuevos países de residencia. Otros luchan por sobrevivir. Encomendamos a todos ellos a la adecuada atención pastoral de la Iglesia, Familia de Dios, allí donde se encuentren. "Era forastero, y me acogisteis" (Mt 25,35), no es solamente una parábola sobre el fin del mundo, sino también un deber que se ha de cumplir hoy. La Iglesia en África da gracias a Dios por sus numerosos hijos e hijas que son misioneros en otros continentes. En este santo intercambio de dones, es importante que todas las partes implicadas continúen trabajando para construir una relación cristiana transparente, correcta, digna. Durante los trabajos del Sínodo, la Iglesia en África ha aceptado el desafío de interesarse por las personas de origen africano en otros continentes, especialmente en América.

13. A este punto, este Sínodo siente el deber de expresar su profundo reconocimiento por los muchos misioneros, sacerdotes, religiosos y fieles laicos que, procedentes de otros continentes, han traído la fe a la mayor parte de los países de África, muchos de los cuales todavía están trabajando con celo y entrega heroica. Gracias, de formas especial, a los que han permanecido con sus gentes también en tiempos de guerra y de graves crisis. Algunos han pagado su fidelidad incluso con la propia vida.





PARTE IV
LA IGLESIA EN ÁFRICA





14. Recordamos, con orgullo, que el Cristianismo está presente en África desde sus comienzos, en Egipto y Etiopía, e inmediatamente después en otras partes del norte de África. Esta antigua Iglesia ha enriquecido a la Iglesia universal con prestigiosas tradiciones, teológicas y espirituales, con famosos santos y mártires, como el Papa Juan Pablo II puso en evidencia tan elocuentemente (EIA, nº. 31). Las Iglesias de Egipto y de Etiopía, que han sobrevivido a numerosas pruebas y persecuciones, merecen una alta consideración y una colaboración más estrecha con las Iglesias, mucho más jóvenes, del resto del continente. Dicha colaboración es especialmente importante si consideramos los miles de emigrantes y de jóvenes estudiantes del sur del Sahara que cursan sus estudios superiores en el Magreb. Muchos de ellos son católicos y llevan consigo su apego a la fe, cosa que reanima enormemente a la Iglesia local de residencia. La Iglesia, formada en estos lugares y en otros sobre todo por extranjeros, cuenta con la solidaridad de las Iglesias hermanas de África para que manden sacerdotes Fidei Donum y otros misioneros.

15. En todo el continente, la Iglesia seguirá caminando en solidaridad con su pueblo. Las alegrías y las penas, las esperanzas y las aspiraciones de nuestro pueblo son también las nuestras (cfr. Vat. II, Gaudium et spes, 1). Estamos convencidos de que la primera y específica contribución de la Iglesia a los pueblos de África es la proclamación del Evangelio de Cristo. Nos comprometemos, pues, a seguir proclamando vigorosamente el Evangelio a los pueblos de África, porque "la vida en Cristo es el primer y principal factor de desarrollo", como dice el Papa Benedicto XVI en Caritas in veritate (CV, 8). El compromiso en favor del desarrollo proviene de ese cambio del corazón que deriva de la conversión al Evangelio. En esta luz, aceptamos nuestra responsabilidad de ser instrumentos de reconciliación, de justicia y de paz en nuestras comunidades, "embajadores de Cristo" (2 Co 5,20) que es nuestra paz y reconciliación. A este respecto, se debe movilizar a todos los miembros de la Iglesia, clero, religiosos y fieles laicos, para trabajar juntos en la unidad que hace la fuerza. Nos provoca y nos anima el proverbio africano que dice que "un ejército de hormigas bien organizadas puede abatir a un elefante". No debemos tener miedo y menos aún dejarnos desanimar por la enormidad de los problemas de nuestro continente.

16. La Iglesia en África acoge con alegría la invitación que se ha hecho en el aula del Sínodo para una colaboración ‘sur-sur' en nuestros esfuerzos. Muchos de los problemas de África, y muchas de las presiones sobre África, existen también en Asia y en Latinoamérica. Creemos que tenemos mucho que ganar no sólo intercambiándonos informaciones, sino también colaborando. Que el Señor nos muestre el camino para seguir en esta dirección.

17. El SECAM es la institución de la solidaridad pastoral orgánica de la jerarquía de la Iglesia en África (EIA, nº 16). Lamentablemente, este organismo insustituible no ha recibido el apoyo que debería, ni siquiera de los obispos de África. Damos gracias a Dios porque este Sínodo ha representado una gran oportunidad para poner de relieve la importancia del SECAM. Tenemos muchas razones para creer que las sugerencias que han hecho muchos padres sinodales de un mayor compromiso con el SECAM no han caído en el vacío. Nos preparamos a regresar a casa, con el compromiso de dar al SECAM lo poco que necesita para desempeñar su misión. Creada por iniciativa del SECAM y operante en comunión leal con este, la Confederación de las Conferencias de los Superiores Mayores de África y Madagascar (COSMAM), está creciendo gradualmente para convertirse en un instrumento efectivo para promover en el continente una solidaridad pastoral orgánica en la vida y en el apostolado de los religiosos en África. El Sínodo acoge con alegría su valiosa contribución a la vida y la misión de la Iglesia en África.

18. Como obispos aceptamos el desafío de trabajar unidos en nuestras distintas Conferencias episcopales, dando a nuestros países un modelo de institución nacional reconciliada y justa, dispuestos a ofrecernos como artesanos de paz y de reconciliación, en cada ocasión y en cada lugar que se nos pida. Elogiamos a aquellos obispos que han desempeñado esas funciones, especialmente en ámbito ecuménico y/o junto con religiones diferentes, como hemos visto en lugares como Mali, la República Democrática del Congo, Burkina Faso, Senegal, Níger y otros. La unidad del Episcopado es fuente de gran fuerza, mientras que su ausencia es un derroche de energías, hace vanos los esfuerzos y abre un espacio a los enemigos de la Iglesia para neutralizar nuestro testimonio. Un área importante en la que esa cooperación nacional y esa unidad son muy útiles es la de los medios de comunicación. Desde que EIA se publicó, hemos asistido a una auténtica explosión de emisoras de radio católicas en África: de sólo unas 15 que había en 1994 a más de 163 hoy, en 32 países. Elogiamos a los países que han impulsado este desarrollo. Invitamos a los países que todavía tienen reservas al respecto que revisen sus políticas por el bien de sus países y de su gente.

19. Cada obispo tiene que plantear las cuestiones de la reconciliación, la justicia y la paz como una importante prioridad en la agenda pastoral de su diócesis. Debería asegurar la creación de Comisiones de Justicia y Paz a todos los niveles. Deberíamos seguir trabajando duro para formar las conciencias y cambiar los corazones, mediante una catequesis eficaz a todos los niveles. Esta tiene que ir más allá del "simple catecismo" para niños y catecúmenos que se preparan a los sacramentos. Necesitamos organizar un programa de formación continua para todos nuestros fieles, especialmente para los que están en altos puestos de autoridad. Nuestras diócesis tienen que ser modelos de buen gobierno, de transparencia y de buena gestión financiera. Debemos seguir haciendo todo lo que podamos para luchar contra la pobreza, un gran obstáculo para la paz y la reconciliación. Aquí las sugerencias para crear programas de micro-finanzas merecen una especial atención. Como último punto, el obispo, en cuanto jefe de su Iglesia local, tiene el deber de movilizar a todos sus fieles e implicarlos en las funciones que les son propias a la hora de planificar, formular, poner en práctica y evaluar políticas y programas diocesanos para la reconciliación, la justicia y la paz.

20. El sacerdote es "el necesario y más estrecho colaborador del obispo". En este Año Sacerdotal, queridos hermanos en el sacerdocio, nos dirigimos a vosotros de manera especial: vosotros ocupáis una posición clave en el apostolado de la diócesis. Vosotros representáis para la gente el rostro más visible del clero, tanto dentro de la Iglesia como fuera de ella. Vuestro ejemplo de vida juntos y en paz, superando las barreras tribales y raciales, puede ser un imponente testimonio para los demás. Ello lo demuestra, por ejemplo, cuando acogéis con alegría a cualquier persona que la Santa Sede nombra como obispo vuestro, sin hacer distinciones por el lugar de nacimiento. La realización de los planes pastorales diocesanos para la reconciliación, la justicia y la paz dependerá mucho de vosotros. La catequesis, la formación del laicado, el cuidado pastoral de las personas de alta responsabilidad: nada de todo esto irá demasiado lejos sin vuestro pleno compromiso en las parroquias y en los distintos lugares de vuestra competencia. El Sínodo os exhorta a no descuidar vuestro deber en este ámbito. Obtendréis resultados mayores si sois capaces de trabajar en un ministerio basado en la cooperación, implicando a todos los demás agentes de la comunidad pastoral: diáconos, religiosos, catequistas, laicos, hombres y mujeres, y a los jóvenes. En muchos casos, el sacerdote es una de las personas mejor formadas de la comunidad local y a veces se espera que desempeñe un papel de líder en los asuntos de la comunidad. Deberíais saber cuál es la mejor manera de ofrecer vuestro servicio pastoral y evangélico, sin partidismos. Vuestra fidelidad a los compromisos sacerdotales, especialmente a una vida de celibato en la castidad, como también un desapego de las cosas materiales, es un testimonio elocuente para el Pueblo de Dios. Muchos de vosotros habéis dejado África para la misión en otros continentes. Cuando trabajáis con respeto y orden, dais una buena imagen de África. El Sínodo elogia vuestro compromiso en la obra misionera de la Iglesia. Que todos recibáis la recompensa prometida a los que "han dejado casa... por el Reino" (Lc 18,28).

21. África en estos últimos años se ha convertido también en un terreno fértil para numerosas vocaciones: sacerdotes, frailes y monjas. Damos gracias a Dios por esta gran bendición. Queridos hombres y mujeres de vida consagrada, os estamos agradecidos por el testimonio de vuestra vida religiosa en los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia, que a menudo os convierten en profetas y modelos de reconciliación, justicia y paz en circunstancias de extrema presión. El Sínodo os exhorta a dar la máxima eficacia a vuestro apostolado mediante la comunión leal y comprometida con la jerarquía local. El Sínodo se congratula especialmente con vosotros, religiosas, por la dedicación y el celo en vuestro apostolado en el campo de la sanidad, la educación y otros aspectos del desarrollo humano.

22. Este Sínodo se dirige con profundo afecto a los fieles laicos de África. Vosotros sois la Iglesia de Dios en los lugares públicos de la sociedad. En vosotros y a través de vosotros la vida y el testimonio de la Iglesia son visibles en el mundo. Por lo tanto, vosotros compartís el mandato de la Iglesia de ser "embajadores de Cristo" comprometidos en la reconciliación del pueblo con Dios y entre sí. Esto exige que permitáis que vuestra fe impregne cada aspecto y rincón de vuestra vida; en familia, en el trabajo, en la profesión, en política y en la vida pública. No es un compromiso fácil. Por eso, debéis acercaros asiduamente a las fuentes de la gracia, mediante la oración y los sacramentos. El texto de las escrituras elegido como tema del Sínodo, dirigido a todos los seguidores de Cristo, se refiere especialmente a vosotros: "Vosotros sois la sal de la tierra...Vosotros sois la luz del mundo" (Mt 5,13-14). Aquí queremos reiterar la recomendación de Ecclesia in Africa a propósito de las Pequeñas Comunidades Cristianas (EIA, 93). Además de la oración, os tenéis que armar de un conocimiento suficiente de la fe cristiana para ser capaces de "dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza" (1 Pt 3,15) en los lugares públicos donde se forman las ideas. Aquellos de vosotros que estén más arriba tienen el deber de adquirir un nivel proporcional de cultura religiosa. Sobre todo recomendamos encarecidamente las fuentes básicas de la fe católica: la Santa Biblia, el Catecismo de la Iglesia Católica, y lo que es más relevante para el tema del Sínodo, el Compendio de la Doctrina social de la Iglesia. Todos están a la venta aquí a precios accesibles. No tenemos excusas para seguir siendo ignorantes de nuestra fe. A este respecto Ecclesia in Africa recomendaba con vehemencia la fundación de universidades católicas. Damos gracias a Dios porque en los últimos 15 años se han creado muchas de estas instituciones, y se están creando muchas otras. Este proyecto tiene una importancia capital y es necesario, si tenemos que invertir en un futuro con un laicado católico bien formado, especialmente de intelectuales, preparados y capaces para dar testimonio de su fe en el mundo contemporáneo. Este es sin duda un campo en el que la solidaridad universal de la Iglesia-Familia de Dios resulta imprescindible.

23. El Sínodo tiene un mensaje muy importante y especial para vosotros, queridos católicos africanos comprometidos en la vida pública. Elogiamos a los muchos de vosotros que se han ofrecido para el servicio público en vuestro pueblo, sin preocuparse de todos los peligros y de las incertidumbres de la política en África, pues se lo han tomado como un apostolado para promover el bien común y el reino de Dios, que es reino de justicia, de amor y de paz, según las enseñanzas de la Iglesia (cfr. Vat. II Gaudium et spes, 75). Podéis contar siempre con el estímulo y el apoyo de la Iglesia. Ecclesia in Africa manifestaba la esperanza de que salieran en África políticos y jefes de estado santos. Por supuesto, este no es un deseo vano. Es estimulante que la causa de canonización de Julius Nyerere de Tanzania ya esté en marcha. África necesita santos en puestos políticos relevantes: políticos santos que limpien de la corrupción el continente, que trabajen por el bien de la gente y que sepan cómo animar a otros hombres y mujeres de buena voluntad fuera de la Iglesia para que se unan contra los males comunes que asolan nuestras naciones. El Sínodo ha recomendado vivamente que las Iglesias locales intensifiquen su apostolado para el cuidado espiritual de quienes tienen cargos públicos, designen capellanes celantes para ellos y organicen centros de conexión de alto nivel para evangelizar los parlamentos. Os exhortamos, a todos vosotros fieles laicos dedicados a la política, a que aprovechéis plenamente estos programas allí donde existan. Por desgracia, muchos católicos en puestos de prestigio no han respondido adecuadamente al ejercicio de sus cargos. El Sínodo invita a estas personas a que se arrepientan o a que dejen el escenario público y que así dejen de perjudicar al pueblo y de crearle mala fama a la Iglesia Católica.

24. Dirigimos nuestra atención ahora a nuestras queridas familias católicas en África. Nos congratulamos con vosotros por haber permanecido tenazmente fieles a los ideales de la familia cristiana y por haber conservado los mejores valores de nuestra familia africana. Os ponemos en guardia ante los ataques de algunas venenosas ideologías procedentes del extranjero, que pretenden ser cultura "moderna". Seguid acogiendo a los niños como don de Dios y criadlos en el conocimiento y en el temor de Dios, para que sean personas de reconciliación, de justicia y de paz en el futuro. Somos conscientes de que muchas de nuestras familias son objeto de una gran presión. La pobreza hace a menudo a los padres incapaces de cuidar bien a sus hijos, con consecuencias desastrosas. Invitamos a los gobiernos y a las autoridades civiles a que recuerden que el país cuya legislación destruye a las familias, lo hace en detrimento suyo. La mayor parte de las familias piden sólo lo necesario para sobrevivir. Tienen derecho a vivir.

25. El Sínodo tiene una palabra especial para vosotras, queridas mujeres católicas. Vosotras sois, con frecuencia, la espina dorsal de nuestra Iglesia local. En muchos países las Organizaciones de las mujeres católicas son una gran fuerza para el apostolado de la Iglesia. Ecclesia in Africa aconsejaba que en la Iglesia "las mujeres, formadas adecuadamente, participaran, a niveles apropiados, en la actividad apostólica de la Iglesia" (nº 121). En muchos lugares se registra un progreso en esta dirección. Pero aún queda mucho por hacer. La contribución específica de las mujeres debería ser reconocido y fomentado, no sólo en casa como mujeres y madres, sino de forma más general también en la esfera social. El Sínodo recomienda a nuestras Iglesias locales que vayan más allá de la afirmación general de Ecclesia in Africa y que creen unas estructuras concretas para asegurar la real participación de las mujeres "a niveles apropiados". La Santa Sede nos ha dado un buen ejemplo en este sentido al nombrar a algunas mujeres para unos cargos de elevado nivel. Por toda África se habla mucho de los derechos de las mujeres, especialmente mediante programas de acción preparados por algunas agencias de la ONU. Mucho de lo que dicen es justo y se corresponde con lo que la Iglesia está diciendo. Pero hay que tener mucha cautela en los proyectos concretos que ellos proponen, a menudo con segundos fines. Nosotros os encargamos a vosotras, mujeres católicas, que os comprometáis plenamente en los programas para mujeres de vuestros países, con los ojos de la fe bien abiertos. Provistas de una buena información y de la doctrina social de la Iglesia, debéis actuar de manera que las buenas ideas no sean distorsionadas por los traficantes de ideologías extranjeras y moralmente venenosas que afectan al género y a la sexualidad del hombre. Que cuando actuéis así os guíe María nuestra Madre, sede de la Sabiduría.

26. El Sínodo os pide igualmente a vosotros, queridos hombres católicos, que desempeñéis vuestros importantes papeles de padres responsables y de maridos rectos y fieles. Seguid el ejemplo de san José (cfr.Mt 2,13-23) en el cuidado de la familia, en la protección de la vida desde el momento de la concepción y en la educación de los hijos. Procurad organizaros en asociaciones y en grupos de Acción Católica que os hagan capaces de mejorar la calidad de la vida cristiana y el compromiso hacia la Iglesia. Ello os situaría también en una posición mejor para interpretar los papeles de guías de la sociedad y para convertiros en unos testigos más eficaces y promotores de la reconciliación, la justicia y la paz, como sal de la tierra y luz del mundo.

27. Por último nos dirigimos a vosotros, nuestros hijos e hijas, jóvenes de nuestras comunidades. Vosotros no sois sólo el futuro de la Iglesia: vosotros sois ya el presente en un gran número. En muchos países de África más del 60% de la población está por debajo de los 25 años. El porcentaje en la Iglesia no debe de ser muy diferente. Vosotros tenéis que ser instrumentos de paz y estar a la vanguardia de un cambio social positivo. Sentimos que debemos dedicaros una atención particular a vosotros, jóvenes adultos. A menudo os dejan de lado, abandonados a la deriva como blancos para ideologías y sectas de todo tipo. Muchas veces sois reclutados y empleados para prácticas violentas. Exhortamos a todas las Iglesia locales a que consideren el apostolado hacia los jóvenes como una importante prioridad.

28. Jesús ha dicho: "Dejad que los niños vengan a mi; porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos"(Mt 19,14). El Sínodo no se ha olvidado de vosotros, queridos niños. Sois siempre objeto de nuestro tierno interés. Pero reconocemos y deseamos valorizar vuestro entusiasmo y compromiso como fuerzas activas de evangelización, especialmente entre vuestros coetáneos. A vosotros también se os debe asegurar un espacio adecuado, medios y dirección para habilitaros al apostolado. Os recomendamos especialmente la organización para niños de las Obras Pontificias Misioneras: la Obra de la Santa Infancia.





PARTE V
UN LLAMAMIENTO A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL





29. La Familia de Dios se extiende más allá de los confines visibles de la Iglesia: incluye a toda la humanidad. Cuando pensamos en argumentos como reconciliación, justicia y paz, todos nos encontramos en el nivel más profundo de nuestra común humanidad. Este proyecto nos afecta a todos y exige una acción común. Por tanto, alzamos nuestra voz para un llamamiento a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. De modo particular nos dirigimos a aquellos con los que profesamos la misma fe en Jesucristo, y también a hombres y mujeres de otros credos.

30. En general las agencias de la ONU realizan un buen trabajo en África para el desarrollo, el mantenimiento de la paz, la defensa de los justos derechos de las mujeres y de los niños, la lucha contra la pobreza, contra las enfermedades, contra el HIV/SIDA, la malaria, la tuberculosis y otros problemas. El Sínodo elogia la labor positiva que están realizando. Sin embargo les pedimos que sean más coherentes y transparentes a la hora de hacer sus programas. Les recomendamos vivamente a los países de África que evalúen con cuidado los servicios que se ofrecen a nuestra gente, que se aseguren que sean buenos para nosotros. El Sínodo denuncia en particular todos los intentos furtivos de destruir y eliminar los ricos valores africanos de la familia y de la vida humana (por ejemplo, el detestable art. 14 del Protocolo de Maputo y otras propuestas similares).

31. La Iglesia es la primera en la lucha contra el HIV/SIDA y en el cuidado de las personas infectadas y contagiadas por el mismo. El Sínodo da las gracias a todos los que están comprometidos generosamente en este difícil apostolado de amor y de cuidado. Invocamos un apoyo prolongado para que podamos cubrir las necesidades de los muchos que piden asistencia (EIA, 31). Con el Santo Padre Benedicto XVI, este Sínodo advierte que el problema no puede ser superado con la distribución de profilácticos. Pedimos a todos los que estén interesados de verdad en detener la transmisión sexual del HIV/SIDA que reconozcan el éxito obtenido por los programas que aconsejan la abstinencia entre los no casados y la fidelidad entre los casados. Este modo de proceder no sólo ofrece la mejor protección contra la difusión de esta enfermedad sino que además está en armonía con la moral cristiana. Nos dirigimos particularmente a vosotros, jóvenes. No permitáis que nadie os engañe a la hora de pensar que no podéis autocontrolaros: sí, con la gracia de Dios, podéis hacerlo.

32. A los grandes poderes de este mundo les dirigimos una súplica: tratad África con respeto y dignidad. África desde hace tiempo reclama un cambio en el orden económico mundial en cuanto a las estructuras injustas acumuladas que pesan sobre ella. La reciente turbulencia en el mundo financiero demuestra la necesidad de un radical cambio de reglas. Pero sería una tragedia si las modificaciones se hicieran sólo en interés de los ricos y una vez más en perjuicio de los pobres. Muchos de los conflictos, guerras y pobreza de África derivan principalmente de estas estructuras injustas.

33. La humanidad tiene mucho que ganar si escucha las palabras sabias del Santo Padre Benedicto XVI en la encíclica Caritas in veritate. Un orden mundial nuevo y justo no es solamente posible, sino necesario para el bien de toda la humanidad. Se pide un cambio respecto a la deuda que pesa sobre los países pobres, que está matando literalmente a los niños. Las compañías multinacionales tienen que detener la devastación criminal del ambiente para su codiciosa explotación de los recursos naturales. Es una política miope la de fomentar guerras para obtener unos beneficios rápidos del caos, a costa de vidas humanas y de sangre. ¿Es posible que nadie sea capaz de interrumpir, y quiera hacerlo, estos crímenes contra la humanidad?





PARTE VI
"ÁFRICA, ¡LEVÁNTATE !"





34. Se dice que la cuna del género humano se encuentre en África. Nuestro continente tiene una larga historia de grandes imperios y de civilizaciones ilustres. La historia futura del continente todavía debe ser escrita. Dios nos ha bendecido con inmensos recursos naturales y humanos. Entre los índices internacionales del desarrollo material, los países de África ocupan muchas veces los últimos lugares. Ésta no es una razón para desesperar. Existen graves actos de injusticia histórica, como la trata de esclavos y el colonialismo, cuyas consecuencias negativas todavía persisten. Pero éstas ya non son excusas para no seguir adelante. De hecho, muchas de estas cosas están ocurriendo. Elogiamos los esfuerzos para liberar África de la alienación cultural y de la esclavitud política. Ahora África debe afrontar el desafío de ofrecer a sus propios hijos un nivel digno en sus condiciones de vida. En el ámbito político, hay progresos en la integración continental: la Organización para la Unidad Africana (OAU) que ahora es la Unión Africana (AU). La Unión Africana y las otras agrupaciones regionales, a veces en colaboración con las Naciones Unidas, han puesto en marcha iniciativas para resolver los conflictos y mantener la paz en situaciones de crisis. En el frente económico, África ha tratado de elaborar, a medida de su identidad, una estructura estratégica para el desarrollo llamada NEPAD (Nuevo Partenariado económico para el Desarrollo Africano). Ha previsto también un APRM (African Peer Review Mechanism) para su seguimiento y control de su puesta en práctica por parte de varios países. El Sínodo elogia estos esfuerzos ya que dichos programas relacionan de manera clara la emancipación económica de África con el establecimiento de un buen gobierno. Por desgracia aquí hay un punto muerto. Para la mayoría de los países africanos, los bellos documentos de la NEPAD siguen siendo letra muerta. Por ello, esperamos un mejoramiento general del buen gobierno en África.

35. El Sínodo felicita calurosamente a aquellos países africanos que han emprendido el camino de una verdadera democracia. Estos están ya mostrando los buenos resultados que produce el hacer bien las cosas. Otros han salido de muchos años de guerras y conflictos para empezar a reconstruir progresivamente sus naciones hundidas en el desastre. Esperamos que el buen ejemplo impulse a los demás para que cambien sus malas costumbres.

36. El Sínodo se entristece en señalar que la situación de más de un país africano sigue siendo vergonzosa. Pensamos en particular en la dolorosa situación de Somalia, inmersa en un conflicto virulento desde hace casi dos decenios que ya compromete a sus países vecinos. No olvidemos la trágica condición de millones de personas en la región de los Grandes Lagos y la crisis que todavía perdura en Uganda septentrional, en el Sudán meridional, en Darfur, en Guinea Conakry y en otros lugares. Aquellos que controlan la suerte de estas naciones deben asumir la plena responsabilidad por su deplorable comportamiento. En la mayor parte de los casos, estamos ante la avidez del poder y de la riqueza, en desmedro de la población y la nación. Cualquiera sea la ingerencia de los intereses extranjeros, se da siempre la vergonzosa y trágica colusión de los líderes locales: políticos que traicionan y malbaratan sus naciones, hombres de negocios corruptos que están coludidos con multinacionales rapaces, comerciantes y traficantes de armas africanos que han hecho fortuna con el comercio de armas pequeñas que causan gran destrucción de vidas humanas, así como de agentes locales de las organizaciones internacionales a quienes se les paga para difundir ideologías letales en las que ellos mismos no creen.

37. La consecuencia negativa de todo esto está a la vista del mundo entero: pobreza, miseria y enfermedades; refugiados dentro y fuera del país y en ultramar, la búsqueda de praderas más verdes lleva a la fuga de cerebros, emigración clandestina y tráfico de seres humanos, guerras y derramamiento de sangre, frecuentemente hechos por encargo, la atrocidad de los niños soldados y la indecible violencia hacia las mujeres. ¿Cómo se puede estar orgullosos de gobernar sobre un caos semejante? ¿Qué decir de nuestro tradicional sentido africano de vergüenza? Este Sínodo lo proclama de forma clara y fuerte: ha llegado el tiempo de cambiar estos comportamientos por amor a las generaciones presentes y futuras.





PARTE VII
UNIÓN DE LAS FUERZAS ESPIRITUALES





38. Queremos recordar nuevamente lo que el Papa Benedicto XVI ha dicho en su homilía durante la misa de inauguración del Sínodo: África es el "pulmón espiritual" de la humanidad actual. Éste es una precioso recurso, más precioso que nuestros minerales y el petróleo. Pero nos ha puesto en guardia sobre el riesgo que corre este pulmón de ser infectado por el doble virus del materialismo y del fanatismo religioso. El Sínodo, determinado a preservar nuestro patrimonio espiritual de todos los ataques e infecciones, nos invita a una colaboración ecuménica cada vez mayor con nuestros hermanos y hermanas de las otras tradiciones cristianas. Deseamos también que haya más diálogo y cooperación con los musulmanes y los seguidores de la Religión Tradicional Africana (RTA) y de las personas de otras creencias.

39. El fanatismo religioso se está difundiendo en todo el mundo. Es causa de decadencia en muchas partes de África. De la cultura religiosa tradicional, los africanos han absorbido un significativo sentido del Dios Creador. Han llevado este sentido a su conversión al Cristianismo y al Islam. Cuando este fervor religioso está mal dirigido por fanáticos o manipulado por los políticos, se generan conflictos que tienden a hundir a todos. Pero, dirigidas y guiadas de manera adecuada, las religiones son una potente fuerza de bien, especialmente a favor de la paz y de la reconciliación.

40. El Sínodo ha escuchado el testimonio de muchos padres sinodales que han recorrido con éxito el camino del diálogo con los musulmanes. Han dado testimonio del hecho que el diálogo es eficaz y que la colaboración es posible y también ella muchas veces es eficaz. Los temas de la reconciliación, de la justicia y de la paz, generalmente son de interés para enteras comunidades, independientemente de su credo. Trabajando sobre los diferentes valores que se comparte con los dos credos, musulmanes y cristianos, pueden dar un gran aporte para restablecer la paz y la reconciliación en nuestras naciones. Esto ya ha sido demostrado en muchos casos. El Sínodo elogia estos esfuerzos y se los recomienda a los demás.

41. El diálogo y la colaboración prosperan cuando existe respeto recíproco. Como obispos católicos, tenemos claras directivas para realizar el diálogo y para permanecer firmes en nuestra fe, pero dejando a los otros la libertad de escoger. El Sínodo ha tenido buenas resultados en relación a comunidades islámicas que conceden libertad de culto a la Iglesia. Éstas también las acogen con alegría y se benefician con las obras sociales de la Iglesia. Cuando elogiamos todo esto, insistimos en repetir que no es suficiente. La libertad de religión comprende también la libertad de compartir la propia fe, de proponerla y no de imponerla, de aceptar y acoger a aquellos que se convierten. Las naciones que por ley les prohíben a sus ciudadanos que abracen la fe cristiana, les privan del derecho humano fundamental a decidir libremente sobre el credo que quieren abrazar. Si bien esto se da desde hace mucho tiempo, es hora de rever dicha situación, a la luz del respeto de los derechos humanos fundamentales. Este Sínodo denuncia tal restricción de la libertad porque trastorna el diálogo sincero y frustra una auténtica colaboración. Ya que los cristianos que deciden cambiar su religión son bien acogidos en las filas musulmanas, debe haber reciprocidad en este campo. El respeto recíproco es el camino que se debe recorrer. En el mundo nuevo que está naciendo, es necesario dar espacio a cada fe para que contribuya al bien de la humanidad.





CONCLUSIÓN







42. Queridos hermanos en el episcopado, queridos hijos e hijas de la Iglesia, Familia de Dios en África, todos vosotros hombres y mujeres de buena voluntad en África y en otros lugares, compartimos con vosotros la fuerte convicción de este Sínodo: África no es impotente. Nuestro destino todavía está en nuestras manos. Todo lo que ella pide no es más que el espacio para respirar y prosperar. África ya se ha puesto en movimiento y la Iglesia se mueve con ella, ofreciéndole la luz del Evangelio. Las aguas pueden estar agitadas, pero con la mirada orientada a Cristo Señor (cfr. Mt 14, 28-32) llegaremos seguros al puerto de la reconciliación, de la justicia y de la paz.

África, ¡levántate, toma tu camilla y anda! (Jn 5,8)

"Por lo demás, hermanos, alegraos;
sed perfectos;
animaos; tened un mismo sentir;
Vivid en paz;
y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros" (2 Cor 13,11).
Amén.

lunes, 19 de octubre de 2009

¿Tenemos al enemigo dentro?

No podemos dejar que ese enemigo interior nos robe el tesoro más grande, más importante, más profundo que hemos recibido.
Autor: P. Fernando Pascual


Sentimos dolor, rabia, ante tantos ataques a Cristo, a la Iglesia, al Papa, a los católicos. Vemos con pena profunda cómo “artistas” se burlan de la Cruz, cómo personajes de la vida pública dicen que los símbolos religiosos “sobran”, cómo se producen, aquí y allá, profanaciones de iglesias, ataques al Sacramento de la Eucaristía, destrucción de imágenes de la Virgen.

Vemos, tocamos, la acción de enemigos rabiosos que muestran su desprecio hacia la fe católica en la televisión, el cine, la radio, la prensa, la literatura, el internet. Pero a veces no nos damos cuenta de un enemigo interior, que entra en los hogares, que anida en los corazones, que destruye, poco a poco, el tesoro de la gracia en nuestras vidas.

Muchas veces el enemigo está dentro. Porque el peor daño que hacemos a nuestra Iglesia nace precisamente de la apatía, de la tibieza, de la incoherencia, de la cobardía, de la mundanidad en la que viven (vivimos, hemos de decirlo con pena) muchos católicos.

El enemigo está dentro cuando en la familia los padres no van a misa. Seguramente llevarán a los niños al catecismo, prepararán la fiesta de la primera comunión. Pero luego, ¿qué ejemplo dejan a los hijos sobre la importancia de la misa? ¿Qué hacen para que cada domingo los pequeños puedan ir a misa precisamente con sus padres, con quienes desean lo mejor para los hijos?

El enemigo está dentro cuando la televisión es vista por todos y en todo momento, sin una sana disciplina, sin una vigilancia atenta, sin un deseo sincero por evitar cualquier programa que denigre al hombre o a la mujer, o que fomente la violencia, la avaricia, el odio, la soberbia, la lujuria, la pereza, la vanidad.

El enemigo está dentro cuando lo que más importa es la manera de ganar dinero, de divertirse el fin de semana, de buscar el último grito de la técnica, mientras todo son quejas cuando experimentamos las estrecheces de la vida. ¿No olvidamos, entonces, la invitación de Cristo a desapegarnos de las riquezas, a confiar en la Providencia de un Padre que nos ama, a compartir nuestros bienes con los pobres, a vivir con los ojos en el cielo?

El enemigo está dentro cuando la castidad ha dejado de ser un valor, cuando los esposos no respetan la doctrina católica que prohíbe el uso de anticonceptivos, cuando no hay confianza a la hora de abrirse al don de un nuevo hijo que nace desde el amor conyugal que acoge el amor divino; cuando en la familia se llega a recomendar a los hijos que usen el preservativo o los anticonceptivos en vez de pedirles con una firmeza llena de cariño que cuiden el tesoro de la pureza, sin la cual es imposible ver a Dios.

El enemigo está dentro cuando pisoteamos una y mil veces la fama de nuestros hermanos; cuando criticamos al familiar, al vecino o al compañero de trabajo; cuando no sabemos tender la mano para acoger a quien nos ha ofendido; cuando no somos capaces de pedir perdón por tantas veces en las que herimos al otro con nuestra lengua asesina; cuando no somos capaces de dejar el propio programa personal para visitar a un familiar enfermo o para consolar a quien necesita una palabra de aliento.

El enemigo está dentro cuando hemos olvidado el consejo de Cristo: “Velad y orad, para que no caigáis en tentación” (Mt 26,41); cuando tenemos más confianza en una revista “light” donde se aconseja un poco de todo que en el Evangelio; cuando no nos agarramos a Dios a la hora de afrontar un momento difícil; cuando no tenemos humildad para reconocer nuestro pecado y no sabemos acudir a la misericordia divina en el Sacramento de la confesión.

El enemigo está dentro cuando nos hemos acomodado al mundo presente y ya no somos capaces de practicar la abnegación cristiana (cf. Rm 12,1-2); cuando no vivimos la humildad, sino que buscamos el aplauso de los hombres y el engreimiento de la propia satisfacción egoísta; cuando no controlamos la avaricia y ponemos nuestra confianza en la salud o en las riquezas; cuando no sabemos decir un “no” firme y claro a una propuesta deshonesta por ese maldito respeto humano que destruye tantas conciencias; cuando no estamos dispuestos a perder la vida con tal de seguir unidos al único que nos puede dar la Vida verdadera: Jesucristo.

Nos deben doler mucho los ataques de fuera. Incluso hemos de saber responder, en la medida de las propias posibilidades, a quienes desean borrar el nombre de Cristo en nuestras sociedades. Pero sobre todo hemos de reaccionar ante ese enemigo de dentro, que nos carcome, que nos ahoga, que mata la vida de Dios en nuestras almas.

No podemos dejar que ese enemigo interior nos robe el tesoro más grande, más importante, más profundo que hemos recibido: la acción salvadora de Cristo. Cada momento nos ofrece su perdón, su amistad, su paz, y nos conduce, poco a poco, al encuentro con un Padre que nos ama eternamente.