viernes, 31 de julio de 2009

El Papa pide orar por los desplazados y la libertad religiosa de los cristianos

VATICANO, 31 Jul. 09 (ACI).- La Sala de Prensa de la Santa Sede dio a conocer hoy las intenciones de oración del Papa Benedicto XVI para este mes, referidas a los desplazados y al derecho de los cristianos a practicar su fe.

La intención general del Apostolado de la Oración del Papa para el mes de agosto es: "Para que la opinión pública se ocupe más del problema de los millones de desplazados y refugiados y se encuentren soluciones concretas para su situación frecuentemente trágica".

Su intención misional es: "Para que a los cristianos, que en no pocos países son discriminados y perseguidos a causa del nombre de Cristo, se les reconozcan los derechos humanos, la igualdad y la libertad religiosa, de modo que puedan vivir y profesar libremente su fe".

sábado, 25 de julio de 2009

Dios no es amenaza, es amor; explica el Papa en la catedral de Aosta

Pronuncia una homilía sin papeles al presidir las vísperas sobre el poder auténtico


AOSTA, viernes, 24 julio 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI recogió esta tarde en la catedral de Aosta los miedos ante Dios que con frecuencia atenazan hoy al ser humano, explicando que en realidad en su omnipotencia se encuentra el amor que nunca abandona.

Dado que no puede escribir, a causa de su fractura de la muñeca, el Papa pronunció una homilía sin papeles en la catedral de esta ciudad de los Alpes, que se encuentra a 20 kilómetros de la localidad de Les Combes, donde transcurre sus vacaciones de verano.

Sus palabras se convirtieron en el momento culminante de las vísperas que presidió junto a unos cuatrocientos sacerdotes, religiosos y religiosas, y representantes laicos las parroquias de la diócesis.

Comentando un pasaje de la carta de san Pablo a los Romanos, el Papa explicó cómo Dios es la brújula de la vida, personal y comunitaria, pero al mismo tiempo se hizo portavoz de los miedos de contemporáneos ante su poder.

"Es verdad que nos sentimos como amenazados por la omnipotencia --reconoció--, parece limitar nuestra libertad, parece un peso demasiado fuerte".

"Pero tenemos que aprender que la omnipotencia de Dios no es un poder arbitrario, pues Dios es el Bien, es la Verdad y, por ello, Dios lo puede todo. No puede actuar contra el bien, no puede actuar contra la verdad, no puede actuar contra el amor y contra la libertad, pues él mismo es el Bien, es el Amor y la verdadera Libertad", aclaró .

"Y por ello todo lo que hace no puede ir contra la verdad, el amor y la libertad", subrayó. "Dios es el custodio de nuestra libertad, del amor, de la verdad".

No es un ojo malévolo

"Este ojo que nos mira no es un ojo malévolo, que nos vigila, sino la presencia de un amor que nunca nos abandona, y que nos da la certeza de que es bueno ser, es bueno vivir. Es el ojo del amor que nos da el aire para vivir".



"La cumbre de la potencia de Dios es la misericordia y el perdón", explicó, reconociendo que "hoy, en nuestro concepto mundial de poder, pensamos que tiene el poder quien tiene propiedades, quien tiene algo que decir en economía, quien dispone de capitales para influir en el mundo del mercado; quien dispone del poder militar, quien puede amenazar".
Constató que la famosa pregunta que hizo Stalin, "¿cuántos ejércitos tiene el Papa?", "sigue caracterizando la idea de poder que tienen los medios de comunicación: el poder lo tiene quien puede ser peligroso, quien puede amenazar, destruir...".

"Pero la Revelación nos dice que no es así --aclaró--. El verdadero poder es Gracia y Misericordia. En la Misericordia, Dios demuestra el verdadero poder".

"Dios ha sufrido y en el Hijo sufre con nosotros y esta es la última cumbre de su poder, que es capaz de sufrir con nosotros y de este modo demuestra el verdadero poder divino. Quería sufrir con nosotros y por nosotros, y en nuestros sufrimientos nunca nos ha dejado solos. Dios, en su hijo, ha sufrido, se ha acercado a nuestros sufrimientos".

La evangelización, explicó, "consiste precisamente en el hecho de que el Dios alejado se acerca, que Dios ya no está lejos, sino cerca".

Por último, el Papa constató el hambre de Dios que existe en el corazón del hombre y exclamó: "¡cuánta hambre existe en la tierra!".

"Hambre de pan en tantas partes del mundo", "hambre de justicia, hambre de amor". Por eso concluyó con esta imploración espontánea a Dios: "sacia nuestra hambre con la Verdad de tu Amor".

Bromas sobre su fractura

Al final de las vísperas, mientras llovía en el exterior de la catedral, el Papa saludó a los presentes, bromeando sobre su fractura de muñeca, para desearles felices vacaciones "sin accidentes para vosotros".

Más de veinte mil fieles habían recibido al Papa en Aosta, quien recorrió las calles de la ciudad en un auto descubierto desde el Arco de Augusto hasta la catedral.

La Biblia es para los católicos

WASHINGTON, sábado, 25 de julio de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos la guía para la lectura de la Biblia que ha publicado Mary Elizabeth Sperry, directora asociada para el uso de la New American Bible en la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB).
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La Biblia nos rodea. La gente oye las lecturas de la Sagrada Escritura en la iglesia. Tenemos leyes que toman su nombre de la historia del "buen samaritano" (Lucas 10), damos la bienvenida a casa al "hijo pródigo" (Lucas 15) y buscamos la "Tierra Prometida" (Éxodo 3, Hebreos 11). Algunos pasajes bíblicos se han convertido en refranes y expresiones populares, tales como "Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos" (Mateo 7, 12), "No robarás" (Éxodo 20, 15), "Amad a vuestros enemigos" (Mateo 22, 39).

El católico de hoy está llamado a una lectura inteligente y espiritual de la Biblia.

A continuación se ofrecen diez sugerencias para una lectura fructífera de la Sagrada Escritura.

Leer la Biblia sí es para los católicos. La Iglesia alienta a los católicos a que hagan la lectura de la Biblia parte de su vida diaria de oración. Al leer estas palabras inspiradas, las personas profundizan en su relación con Dios y llegan a entender su lugar en la comunidad de aquellos que Dios ha llamado para sí.

Orar al principio y al final. Leer la Biblia no es como leer una novela o un libro de historia. Deberíamos comenzar con una oración pidiendo al Espíritu Santo que abra nuestro corazón y nuestra mente a la Palabra de Dios. La lectura de la Sagrada Escritura debería terminar también con una oración para que esta Palabra dé fruto en nuestra vida, ayudándonos a ser personas más santas y más fieles.

¡Entérese de toda la historia! Al escoger una Biblia, busque una edición católica. La edición católica incluye la lista completa de los libros que la Iglesia considera sagrados, así como introducciones y notas para comprender el texto. La edición católica incluye una nota de imprimatur en el reverso de la página del título. El imprimatur indica que el libro está libre de errores doctrinales según la enseñanza católica.

La Biblia no es un libro; es una biblioteca. La Biblia es una colección de 73 libros escritos en el curso de muchos siglos. Los libros incluyen historia de los reyes, profecías, poesía, cartas que retan a nuevas comunidades de creyentes en dificultades, y relatos de la predicación y la pasión de Jesús transmitida por parte de los creyentes. El conocimiento del género literario del libro que se está leyendo le ayudará a entender las herramientas literarias que usa el autor y el significado que éste trata de transmitir.

Sepa qué es la Biblia -y también lo que no es. La Biblia es el relato de la relación de Dios con el pueblo que Él ha escogido para sí. No está escrita para ser leída como un libro de historia, ni de ciencia, ni como un manifiesto político. En la Biblia, Dios nos enseña aquellas verdades que necesitamos para el bien de nuestra salvación.

La suma es mayor que las partes. Lea la Biblia en su contexto. Lo que sucede antes y después-incluso en otros libros-nos ayuda a entender el verdadero significado del texto.

Lo antiguo tiene relación con lo nuevo. El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento se iluminan el uno al otro. Aunque leamos el Antiguo Testamento a la luz de la muerte y resurrección de Cristo, éste tiene también su valor propio. Juntos, estos testamentos nos ayudan a entender el plan de Dios para la humanidad.

No están leyendo solos. Al leer y reflexionar sobre la Sagrada Escritura, los católicos se unen a aquellos hombres y mujeres fieles que han tomado en serio la Palabra de Dios y la han puesto en práctica en su vida. Leemos la Biblia en la tradición de la Iglesia para beneficiarnos de la santidad y sabiduría de todos los fieles..

¿Qué me está diciendo Dios? La Biblia no se dirige sólo a gente que murió hace mucho tiempo en un lugar lejano. También se dirige a cada uno de nosotros en sus propias circunstancias. Cuando leemos, debemos entender lo que dice el texto y cómo han entendido los fieles su significado en el pasado. A la luz de este entendimiento, entonces nos preguntamos: ¿qué me dice Dios a mí?

Leer no es suficiente. Si la Sagrada Escritura se queda sólo en palabras en una página, nuestra tarea no ha terminado. Necesitamos meditar sobre el mensaje y ponerlo en práctica en nuestra vida. Sólo entonces puede la palabra ser "viva y eficaz" (Hebreos 4:12).