RIO DE JANEIRO, 18 Mar. 09 / 04:39 pm (ACI)
Una analista explicó a ACI Prensa que detrás de los ataques contra el Arzobispo de Recife, Mons. José Cardoso Sobrinho, existe la urgencia de esconder graves irregularidades en el aborto que se le practicó a la niña de 9 años. Alberto R. S. Monteiro reveló que la discusión sobre la excomunión fue creada intencionalmente por sectores abortistas para desviar la atención de la opinión pública.
Según el analista, nadie se ha enterado que la niña fue incomunicada por una asistenta social del Instituto Materno Infantil de Pernambuco en Recife, hospital estatal donde se comenzaron las gestiones para el aborto "legal"; y que empleados del hospital, al percatarse que el padre biológico de la niña estaba dispuesto a rescatarla con ayuda del Obispo de Pesqueira, Mons. Francesco Biasin, permitieron que una ONG abortista convenciera a la madre y a la menor para trasladarla a una clínica privada donde finalmente le practicaron el aborto.
Monteiro destacó la exagerada cobertura de las declaraciones del Arzobispo de Recife y el silencio absoluto de la prensa ante los esfuerzos del padre biológico de la menor que siempre se opuso al aborto de su hija así como del Obispo de Pesqueira y algunos de sus colaboradores que fueron en busca de auxiliar a la niña.
Según el analista, el padre de la niña agotó todos los recursos para sacar a su hija del hospital donde la mantuvieron incomunicada, a pesar que la ley prescribe que cualquier atención para niños menores debe contar con la expresa aprobación de sus padres. Por el contrario, sólo encontró resistencia y una asistenta social del Hospital no identificada que lo engañó diciéndole que si no abortaba, la niña moriría.
"Ningún médico, psicólogo u otro profesional dio explicaciones al padre. La asistenta social mantuvo incomunicada a la niña y enfrentó al Consejo Tutelar de Alagoinha, pueblo natal de la niña, que pedía detener los procedimientos de aborto. Cuando el padre y los miembros del Consejo Tutelar preguntaron por la salud de los tres niños. La asistenta les respondió: ‘No hay tres niños aquí, sólo hemos registrado a una, los demás son embriones’, a pesar que los gemelos por nacer ya tenían 5 meses de gestación", reveló Monteiro.
El padre de la menor buscó entonces al Obispo de Pesqueira, a cuya diócesis pertenece Alagoinha, para que interviniera en el caso. Mons. Biasin, a quien la prensa brasileña no ha entrevistado, envió a médicos y psicólogos de la diócesis para que asistieran a la menor pero ésta fue trasladada a otro nosocomio por su madre, a quien representantes de la ONG abortista Grupo Curumim convencieron de la urgencia del aborto.
Monteiro considera que el movimiento abortista ha escogido casos emblemáticos como el de la niña de Recife para lograr la aceptación del aborto en la opinión pública, luego que la prensa informara a fines de enero sobre las acciones que el Ministerio de Salud ha emprendido para aumentar el número de abortos legales por violación y malformación fetal.
El diario Folha de Sao Paulo informó que el gobierno de Lula está promocionando los servicios de aborto, equipa hospitales y capacita al personal sanitario para que más mujeres aborten. Folha considera un gran logro que las cifras de aborto legal hayan crecido en 43 por ciento en un año. De 2,130 casos registrados en 2007 a 3,053 casos hasta noviembre de 2008.
"Sin embargo, si la población supiera lo que en verdad ocurrió con esa niña el aborto sería aún más impopular en el Brasil y en el mundo", sostiene Monteiro.
Para el analista, la mentira más repetida en este caso fue el supuesto riesgo de muerte de la niña embarazada. "La niña nunca estuvo en riesgo de morir. En Brasil todos los años se registran 30 mil embarazos en niñas menores de 14 años y no se registra ni un solo caso de muerte a causa del embarazo cuando se le ofrece control prenatal y un parto con cesárea", indicó.
En este sentido, cuestionó las presiones de algunos médicos como Carmelita Maia, médica legista del Instituto de Medicina Legal, que sostuvieron ante la prensa la supuesta urgencia del aborto para la niña. Sin embargo, señala Monteiro que "la doctora Maia cae en una profunda contradicción pues ella misma afirmó también ante la prensa que está haciendo su tesis de violencia sexual en la Fundación Oswaldo Cruz y había hecho seguimiento a 50 niñas embarazadas menores de 14 años. ¿Y cuántas de estas niñas que ella misma atendió murieron? Maia no menciona siquiera un caso".
Según Monteiro, "el Gobierno de Lula está dispuesto a incrementar el número de abortos legales recurriendo a todos los abusos y mentiras como las que se cometieron con la niña de 9 años de Recife. No se detendrán ante nada y nos seguirán hablando de una falsa excomunión de la niña para abusar impunemente de mujeres pobres o incluso de niñas pequeñas caídas en desgracia".