viernes, 19 de diciembre de 2008

EL CARDENAL GARCIA-GASCO ASEGURA QUE "LA IGLESIA ESTÁ CON LA CIENCIA" Y ANIMA A LA "RESPONSABILIDAD ETICA Y SOCIAL" DE LOS INVESTIGADORES

En su carta, llama a apoyar a los científicos que "prestan un precioso servicio a la vida y dignidad de cada ser humano"

VALENCIA, 18 DIC. (AVAN).- El cardenal arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, afirma en su carta de esta semana que la Iglesia "no tiene la pretensión de intervenir en el ámbito de la ciencia médica como tal, sino de invitar a todos los profesionales de las ciencias de la salud, y a todas las personas, a actuar con responsabilidad ética y social". El purpurado asegura que "el valor ético de la ciencia biomédica se mide en referencia al respeto incondicional debido a cada ser humano, en todos los momentos de su existencia".

En su carta, que titula "La Iglesia, con la Ciencia", el Cardenal anima a "apoyar a los hombres y mujeres que se dedican a la ciencia y, de modo especial, a la ciencia médica, y que prestan un precioso servicio al bien integral de la vida y dignidad de cada ser humano".

El purpurado se refiere a la Instrucción de la Santa Sede «Dignitas personae», que se hizo pública el pasado viernes, e insiste en que la Iglesia "mira con esperanza la investigación científica y desea que sean muchos los cristianos que contribuyan al progreso de la biomedicina y testimonien su fe en ese ámbito".

Igualmente, expresa su deseo de que las investigaciones "sirvan también a quienes trabajan en las áreas más pobres y azotadas por las enfermedades", y advierte que "los grandes descubrimientos en medicamentos, que no se comparten o quedan para uso exclusivo de los países o de los enfermos ricos, ponen de manifiesto que la ciencia si no va acompañada de un uso generoso, responsable y solidario, no remediará nunca los grandes males de la humanidad".

En su carta, el cardenal García-Gasco defiende que "todo profesional de las ciencias de la salud está llamado a salir al encuentro de la fragilidad humana, a intentar curar sus patologías, a aliviar el dolor y a hacer llegar al mayor número de personas de todo lugar y condición los beneficios de la salud integral".

Sin embargo, lamenta también el purpurado que haya "representantes de los campos de la filosofía y de la ciencia que consideran que provocar la muerte puede estar justificado para evitar el propio sufrimiento o, incluso, en beneficio de otros sujetos".

Además, el Cardenal manifiesta "con toda claridad" que existe un principio fundamental propio de toda ética que reconoce la dignidad humana: “a cada ser humano, desde la concepción hasta la muerte natural, se le debe reconocer la dignidad de persona". Este principio, que "expresa un gran `sí´ a la vida humana, debe ocupar un lugar central en la investigación biomédica, que reviste una importancia siempre mayor en el mundo de hoy".

Al término de su carta, el titular de la archidiócesis de Valencia constata cómo los progresos científicos provocan "esperanza y, en ocasiones, perplejidad en sectores cada vez más vastos de la opinión pública" y considera que "cuanto mejor sea la reflexión ética y científica, mejor se formará la opinión pública sobre las últimas consecuencias y alcances de cada opción". Precisamente, "a ello, quiere contribuir la Iglesia, alejada de intereses mercantiles y económicos, con la Instrucción «Dignitas personae» y sus propuestas", concluye el cardenal.