El director de Máster en Bioética de la Universidad de Valencia, Vicente Bellver, que recientemente ha sido nombrado director general de Política Científica de la Conselleria de Educació, dio el pasado miércoles una conferencia en el salón de actos de la calle Avellanas,12, donde analizó la realidad del testamento vital.
Durante la intervención el experto explicó la verdadera finalidad del testamento vital. Vicente Bellver dio lectura al testamento vital elaborado por la Conferencia Episcopal y resaltó que ha sido todo “un acierto porque ante las dos maneras de reaccionar con la aparición del testamento vital se ha elegido la más acertada”.
Según el orador “es normal que la gente, ante una situación terminal, decida indicar el tratamiento que quiere recibir si en un momento dado de la enfermedad, se hunde en la inconsciencia y no puede ya mostrar su decisión de como quiere ser tratado al final de sus días”.
Puntos principales
Según Vicente Bellver el testamento vital elaborado por a Conferencia Episcopal se podría resumir en tres grandes puntos. El primero de ellos atiende a que “no se mantenga en vida a los pacientes por medio de tratamientos desproporcionados o extraordinarios”, ya que para los cristianos “es ofensa a Dios tanto acortar la vida como alagar la agonía de los individuos mediante la tecnología”. Y añadió que “existe el encargo de proteger la vida y cuidarla mientras ésta dure”.
El segundo punto, sería que “no se aplique ni eutanasia activa ni ensañamiento terapéutico”.
Y por último, pero no por ello menos importante, está la idea de que se deben “administrar tratamientos adecuados para paliar el sufrimiento de los enfermos”. Ya que “en caso de aplicación correcta, y profundamente reflexionada la decisión, la aplicación de una sedición terminal o cualquier otro tratamiento terapéutico que desemboca en una muerte no es una eutanasia retardada sino una buena praxis medica”, ya que la muerte no era el efecto esperado, sino que lo que se pretendía era aliviar el dolor del paciente para hacerle mas llevadero los últimos días de su vida, pero en ningún momento se pretendía acortar la misma.
Auxilio médico
También mencionó durante su intervención, que la muerte es entendida por muchos como un fracaso médico y eso hace que los profesionales sanitarios se centren más en las medidas terapéuticas que en la paliativas.
Sin embargo, para él “tan importante es el auxilio médico durante la vida para recuperar la salud, como el auxilio médico al final de la misma”.
Al respecto de la legislación vigente, sobre el testamento vital, se recordó que en España se ha comenzado a regular en los últimos ocho años y que además de las normas a nivel estatal también cada una de las Comunidades Autónomas tiene sus propias normas al respecto. Asimismo, se dejó patente las diferencias existentes entre las normativas europeas, estatales y autonómicas, según cada una de ellas el testamento vital puede ser interpretado de diferente manera. Mientras la normativa europea, en su Convenio de Oviedo, recoge que las voluntades anticipadas deben ser tenidas en cuenta, la ley española 41/ 2002 indica que se garantiza el cumplimiento de las instrucciones de cada persona.
La gran diferencia existente entre las dos normativas, quedó reflejada en la conferencia ya que el experto señaló que si eres el medico, según la normativa europea las instrucciones, serán tenidas en cuenta, lo que te permite que en caso de que en el tiempo transcurrido entre la redacción del testamento vital y el momento de la aplicación ha habido algún avance médico que puede salvar al paciente, este se aplique aunque no sea lo indicado en el testamento, porque se entiende que en caso de que el paciente estuviese en su sano juicio habría autorizado la aplicación. Sin embargo, según la normativa española esto no se podría hacer porque habría que seguir sin ningún cambio lo expuesto en el testamento por el paciente.
También señaló que sólo uno por mil habitantes hacen uso del testamento vital.
Asimismo, subrayó que el testamento vital “puede ser un buen instrumento pero es insuficiente. Hay que insistir en informar a todos los profesionales sanitarios para que, haya o no testamento vital, sepan tratar a las personas al final de sus días como ellas quieren ser tratadas".
Para finalizar la intervención recordó que el testamento vital “no es por si mismo una garantía de que uno vaya a morir en paz, conforme a sus valores y atendido de la mejor forma posible. Es una figura que puede ser positiva pero que también plantea muchas aristas”.
Para Vicente Bellver lo fundamental es “formar bien a las personas, sobre todo al personal sanitario, para crear un ambiente de confianza que nos permita saber como y de que forma quieren ser tratados los pacientes cuando no puedan ya decidir por si mismos”.
Sus últimas palabras fueron para recomendar una película, a los asistentes, en la que se refleja muy bien todo los que pretendió trasladar él durante la conferencia. El film, ‘Amar la vida’ de Emma Thomson.